Aunque alegan que sólo cuestionan sus fallas laborales, los agresores son más que padres de familia inconformes.
Lo que se ve en el video al que hago referencia es muy poco, pero lo suficiente para constatar que se usó la fuerza contra la profesora, algo que en sí es un delito.
Ayer hablaba de los múltiples significados del nazismo y la tendencia a creer que "sólo" fueron exterminadores de gente de piel oscura. Son mucho más. Para empezar, intolerantes con todo aquello que no comprenden o que no aceptan.
Como la homosexualidad. O el aborto.
No olvidemos que fue en tiempos del PAN cuando en Morelos la interrupción del embarazo dentro de los términos de ley se convirtió en un delito. Y la cobardía de los diputados que se dicen de izquierdas ha impedido que se corrija esa terrible decisión, basada en criterios religiosos y no sociales.
Morelos merece ser una tierra donde sus ciudadanos puedan actuar libremente dentro de los límites de la ley.
Actualmente eso no sucede. De otro modo la profesora sobre cuyo caso empezamos éste monólogo tendría la protección de la ley, pero no la tiene, a pesar de que puede probar que fue agredida.
El matrimonio idealizado que algunos -cada vez menos- promueven como ideal que todos los demás -a la buena o a la mala- deben aceptar y adoptar, no corresponde con nuestra realidad, ni mucho menos el concepto de familia soñada.
Tampoco las preferencias sexuales de la gente se asocian a lo que dice la propaganda panista. Y que se permita el matrimonio entre parejas del mismo sexo no quiere decir que todos estemos obligados a una clase de matrimonio así, ni permitir en ciertas condiciones interrumpir un embarazo significa que todas las mujeres están obligadas a abortar.
Creo que desde hace tiempo estamos en pleno Siglo XXI y discusiones horrendas como las que promueven los enemigos de la profesora no deberían siquiera quitarnos el tiempo. Pero que se permita esa barbarie obliga a abordar el asunto.