Con recursos del gobierno del estado de México o de alguno de sus municipios, los antorchistas exhibieron hasta planta de luz propia.
Un grupo con ese poderío no tiene necesidad de pedir lo que piden en Morelos, por lo que espero que el gobierno del estado haya tomado nota y prepare un a respuesta a los chantajes.
Esa organización nació como un grupo de choque al servicio directo de los hermanos Raúl y Carlos Salinas de Gortari (en ese orden) y desde entonces busca nichos de poder entre la población marginada de la capital morelense y algunos puntos del país.
Como ese es el núcleo que da de comer a gente de la calidad de Manuel Sánchez López, pues hubo enfrentamientos que se han saldado con pérdidas parciales para la regidora y el afianzamiento de los antorchistas.
Pero su cara de gente pobre y necesitada no corresponde con lo que muestran cuando tienen algo que celebrar.
Donde no hay nada que celebrar es en lo referente a las reformas constitucionales que avanzan implacablemente en lo que se refiere a la llamada legislación secundaria, aprobada hasta con aplausos en el Congreso de la Unión para despojarnos la riqueza social del país.
No sé cómo podrán soportar en el futuro los legisladores (varios de ellos morelenses) que ha avalado el robo el hecho de formar parte de una acción tan vil.
El dinero que tendrán por sus actos quizá les dure mucho tiempo, pero más les durará el mote de traidores que se han ganado a pulso.