Luego de apadrinar todo lo que sea apadrinable en esta temporada de clausura de cursos escolares, quienes tienen aspiraciones a vivir por lo menos tres años más del erario saben que los tiempos electorales se adelantaron, las leyes se hicieron más a modo para sus intenciones y la gente sigue bien entrenada para aplaudir a cambio de su apoyo de Sedesol.
La tienen fácil, porque para colmo la gente no lee y eso hace que no se entere de lo verdaderamente importante y que, aparte, sufra de un tipo de amnesia tan grave que les hace olvidar el negro pasado de quienes mañana aparecen como limpios candidatos listos a salvar al país de los males que ellos mismos provocaron.
Necesitamos un súper héroe, un salvador de capa y mallas que venga a limpiar tanta basura, pero creo que no existe nadie así. Por eso, sólo queda rascarse con sus propias uñas, voltear a ver la realidad y actuar en consecuencia. El voto, lo único que aún nos queda -por lo menos así era al escribir éstas líneas- debe ser la respuesta en los próximos comicios.
El Poder y La Gloria
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Lo único que no nos han robado (hasta ahora)
Consumado el mayor atraco de la historia de México (la entrega de los recursos energéticos a las empresas extranjeras) los políticos tienen ahora tiempo para dedicarse a lo suyo: hacer política, como llaman a todos los trucos y engaños que realizan para mantenerse pegados a un buen salario del gobierno.
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