En un momento en que le preguntaban a los integrantes del cabildo por el monto de sus ingresos (el alcalde dijo que ganaba menos de 30 mil, al pedirle precisión acabó por confesar que 29 mil, y a la quincena) una de las regidoras dijo que porqué no le preguntaban a los maestros, con todo lo que ganan (no le pongo comillas porque no recuerdo exactamente la respuesta) como si el salario de los profesores tuviera algo qué ver con los insultantes salarios que recibe esta gente por hacer nada, o casi nada.
La intención de hacerse las víctimas creo que quedó contrarrestado por el impacto de los rebuznos que allí se escucharon. No se puede creer que en el tiempo que han pasado al frente de sus cargos no puedan entender algo tan simple como que los prestamos concedidos a manera de adelanto presupuestal se deberían de pagar e incluso ya estaba programada cada aportación, por lo que todo era cuestión de ahorrar.
Ahora en ese y otros municipios se desquitarán con los ciudadanos, a los que dejarán sin servicios, y con los burócratas, a los que les retrasarán el pago, pero les puedo apostar -y eso que no acostumbro hacerlo- que el dinero para ellos fluirá como siempre, y los gastos de representación y, por supuesto, los famosos e inamovibles pellizcos al presupuesto.
Piensan que los ciudadanos somos tontos, y no se dan cuenta de que sólo se exhiben. (aunque si vuelven a lograr otro cargo público habremos demostrado que los tontos somos nosotros)
El Poder y La Gloria
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Los tontos
Me platicaban mis colegas que el viernes acudieron a una rueda de prensa ofrecida por el alcalde de Tlaquiltenango que ese señor y los regidores que le acompañaban exhibieron lo que realmente son.
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