Las mismas mesas receptoras de votos servirán para lo mismo y, como dicen que el diablo está en los detalles, surgirán demasiadas confusiones porque pocos por aquí se sabrán las nuevas reglas, lo que constituye una gran oportunidad para que el PRI regrese a las andadas y haga de las suyas.
En los tiempos del llamado "carro completo" (cuando el priismo ganaba de todas, todas) a la hora de contar los votos, por ejemplo, siempre se las arreglaban para que fueron del tricolor los hombres y las mujeres que tenían a su cargo obtener la ansiada cifra ganadora. Y llegaban al extremo de no dejar a los representantes de partidos opositores.
Y no pasaba nada, porque siempre la ley les daba la razón.
Supongo que fue ese el motivo para realizar una reforma política que fue un retroceso, sobre todo por esa estupidez de la reelección, en un país que puso en sus documentos oficiales la frase "sufragio efectivo, no reelección" después de una guerra que costó un millón de muertos.
Ahora, repito, pocos se sabrán las nuevas reglas mientras el PRI ha puesto a los suyos a estudiarlas al derecho y al revés.
Quizá en la elección de 2018 los otros partidos políticos estarán mejor preparados, pero tal vez para entonces las reglas hayan cambiado de nuevo.
La partidocracia nos ha llevado a esos extremos y probablemente sólo los ciudadanos participativos puedan revertir semejante atraco. Tal vez.
El Poder y La Gloria
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Atraco
Aunque digan que no, seguramente habrá mucha improvisación en el proceso electoral que se avecina. Los comicios para elegir diputados locales y alcaldes serán coordinados por las mismas manos que moverán la elección para diputados federales y senadores.
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