Casuales o dirigidos, ahora los delitos de alto impacto se han cebado con personas ligadas a las autoridades auxiliares (los ayudantes municipales) de esa demarcación.
Uno de ellos, que ya había concluido su periodo, perdió la vida, mientras en otro hecho el hijo de otro fue asesinado aparentemente sin mayor explicación.
El escenario que se avecina es el de las manifestaciones de los vecinos, ya que una parte de la población participa en organizaciones formales informales de raigambre y capacidad de movilización.
Por cierto, una parte de ese núcleo está politizado.
Y cuando se manifiestan, aparentemente la delincuencia decide bajar su perfil, hasta que las cosas se calmen, pero eso es periódico -decía- pues al rato ocurre algo tan grave que obliga otra vez a los vecinos a salir de las calles.
Ojalá y ese ciclo agotador se pueda romper. Para esto se requiere que quienes investigan los delitos y lleve a juicio -con pruebas suficientes- a los responsables.
Invertir en procuración de justicia se antoja algo lógico, pero no ocurre.
Los delincuentes -sólo ellos- le deben tener miedo a la Policía de Investigación Criminal, pero hoy eso no pasa. Ojalá se corrija el error.
El Poder y La Gloria
Lectura 1 - 2 minutos
Deben dar miedo
Otro brote de violencia ha surgido en Cuautla, un municipio altamente urbanizado que periódicamente enfrenta crímenes espantosos que por lo general han quedo impunes.
Inicia sesión y comenta