Nunca me imagine terminar de su sirviente, pero supongo que esos son gajes del oficio.
Bambina y sus aires de estilo italiano como su nombre es muy buena para comunicarse con el mundo exterior, no sólo para hacer saber sus necesidades de alimento, bebida, wc y caricias, sino para casi explicar sus sentimientos a cerca de muchos temas, la política incluida.
Ayer, por cierto, sufrió una confusión. El color de su pelaje es un poco escuro (nada más tantito, como pueden ver en la foto respectiva en el feis) y con ese motivo varios de los esclavos de la multicitada gata comenzamos a hablar de la "morena", pero ella sufrió una extraña transformación y se puso a hacer gestos de desagrado.
Por falta de espacio no les daré detalles de la forma en que logró comunicarse, pero lo cierto es que ella pensaba que hablábamos del Movimiento de Regeneración Nacional (la Morena de López Obrador) y de allí sus gestos.
Como pudo, explicó que en Morelos ese partido ha sido infiltrado por alguna corriente perredista y que si bien tiene auténticos militantes de izquierda, muchos de los que controlan sus comités de base son ajenos a los principios fundacionales del nuevo partido y son más bien chuchistas.
(Eso ya lo había dicho yo desde hace meses y sospecho que Bambina lo copió de alguna búsqueda en google).
Lo cierto es que quienes participamos en la conversación fuimos claros y precisos para señalar de que morena hablábamos. Al ver que se había equivocado y metió su cuchara en un tema que ni era el correcto y ni le incumbía, Bambina, con toda su dignidad, se dio media vuelta y se retiró al jardín a jugar con el Capulín, su mejor amigo y cómplice de aventuras.
Sin embargo, ya puestos a reflexionar, me preocupa que sea tan perspicaz y que detecte esas verdades, porque aunque son tan grandes como una catedral, muchos de mis paisanos ni las imaginan