La pobre es muy sensible a demasiadas cosas, lo mismo alimenticias que espirituales, por lo que siempre debo estar al pendiente de ella. Fue por eso que tuve que reconstruir su rutina de ayer, a fin de tratar de encontrar la causa de sus males.
Ella lleva una vida muy activa y vigorosa, sobre todo cuando se junta con su amigo el Capulín, otro gato rescatado de la calle y que de ser considerado un vecino hoy es un ocupante fijo de la casa.
Ambos realizan tareas en conjunto, que van desde acabar con el plato de croquetas hasta informarse de lo que pasa en su comunidad.
Les encanta el periódico (dicen que está sabroso) y también son aficionados a la computadora.
Y precisamente allí encontré la causa de su malestar estomacal: resulta que luego de seguir pistas encontré que Bambina se había asomado después del medio día al feis.
Gracias a las maravillas de la tecnología pude saber a qué páginas había entrado. Algún funcionario municipal barbero colocó en "su muro" fotos del diputado federal Javier Orihuela, que ayer tuvo una actividad "ecológica". Con esa bandera, el ex alcalde de Temixco le vio al cara a sus electores y saqueó la comuna al tiempo que se desdecía de lo que supuestamente eran sus creencias, pués contaminó hasta donde pudo para sacra beneficio persona, que incluyó el uso de uno de sus terrenos para tirar basura.
Y ayer en Jiutepec el susodicho ecologista denunciaba no sé qué episodio de contaminación y algún barbero lo puso en el feis, al alcance de criaturas inocentes, como Bambina, que tuvo retortijones ante esa elevada dosis de hipocresía.
La pobre ya anoche se sentía mejor, pero creo que tendré que tomar medidas, porque si sigue así recibirá muchos de esos impactos, pues si algo sobra en el mundo de la política de Morelos es precisamente eso: varias toneladas de gente hipócrita. Tendré que preguntar al veterinario si existe algún antídoto.