Eso me da una pista para dar solidez a mi teoría de que el Pingo (asesinado por un taxista del PRD, que lo aplastó hace ya más de dos años) reencarnó en la Bambina, una gata que tiene propiedades excelsas para comunicarse con los humanos. No habla, pero cómo se hace entender. Y no exagero.
¿Y por qué el Pingo pasó de perro a gata? Para empezar es sólo una teoría, pero que se me hace lógica porque suena a un castigo a su vida anterior. Quizá para que sepa lo que hacía sufrir al prójimo (a las prójimas) cuando ponía en juego sus dotes de seductor.
Es un castigo salomónico, diría yo, aunque mientras son peras o manzanas reconozco la extrema sensibilidad de la Bambina hacia las manifestaciones de los hombres y mujeres públicos del estado.
Ya les conté que el domingo se enfermó del estómago sólo de ver cómo el diputado federal Javier Orihuela se ponía su disfraz de ecologista para preparar el camino y lograr otro hueso con mucha carne.
Y esos sentimientos ya no los tenemos los humanos. Muchos de mis congéneres pueden estar a un lado de seres como el citado legislador sin sentir la repugnancia que genera en seres más pensantes. hasta pueden besarle la mano y luego besar a sus seres queridos sin ninguna consecuencia, por la pérdida de sensibilidad.
Bambina no creció frente a la televisión, no sabe quiénes son los principales actores de televisa o tv azteca, ni mucho menos ha donado para el teletón. Quizá por eso no está infectada con esa terrible enfermedad y eso le permite ser una juez imparcial y objetiva.
El Poder y La Gloria
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En defensa de Bambina
Me han dicho que el ingeniero Leonel Gutiérrez (a quien mando un cordial saludo) no quiere a Bambina -la gata que piensa que soy su mascota- porque considera que abordar ese tema es lo mismo que hablar del difunto Pingo, un perro maltés mexicano que realizaba profundo análisis políticos de la realidad morelense.
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