Justo eso es lo que hacen desde hace unos días una bola de políticos que actualmente o en alguna parte de su vida han vivido demasiado bien gracias a que existen las diputaciones plurinominales ( por la misma vía se puede llegar al Senado, e incluso ser regidor) las mismas que hoy son cuestionadas por el partido que les dio vida, el PRI.
Los cargos legislativos de representación proporcional nacieron para contentar a los partidos opositores, que no lograban ganarle al PRI ni una plaza en las elecciones (por supuesto, el PRI tenía el control de todo) y que veían los toros desde la barrera.
Las plurinominales tenían truco y durante muchos años el partido oficial siempre lograba la mayoría, por lo que no eran una forma de democracia, sino sólo el reparto de prebendas a unos cuantos, como hasta la fecha.
Aquellos que no son capaces de ganar una elección pero tienen "méritos" suficientes se ganan un puesto de esos y lo disfrutan en grande.
Por eso los priistas que tienen la orden de promocionar la idea de quitar 100 diputaciones federales de representación proporcional exhiben una sonrisa forzada ante las cámaras pero ninguna convicción para la hipócrita propuesta (hace días dije por qué).
Ojalá y su partido los obligue a hacer más cosas como esas, para que sufran (así sea tan ligeramente) las penas que el resto de los mortales pasamos para ganarnos la vida. Aunque no de manera tan espléndida como ellos.