Cuando un partido -el que sea- tiene una elección interna, en él participan militantes del PRI y del PRD (ahora también de Morena) que por un día cambian la camiseta oficial por aquella que pague más dinero.
Todos conocemos a "líderes" de colonias que tienen un grupo de seguidores interesados a los que puede mandar a votar por cualquier candidato o planilla.
En las elecciones oficiales igual pueden aparecer a favor del partido al que pertenecen o a cualquier otro que les llegue al precio.
La comunidad de Xoxocotla, por ejemplo, tiene la costumbre de decir a través de sus "tatas" que dará todo su apoyo a determinado candidato. Más de un incauto se la ha creído y ha llorado después su derrota.
El domingo veremos otro de esos episodios en el que los votantes profesionales se sumarán a la causa en la que haya más dinero o más futuro -es un decir- para que gane determinada planilla perredista.
Y lo peor es que no les da vergüenza a los que participan de esas cosas. Una parte saldrá de las filas de beneficiados por el programa Oportunidades, que ni una medida de apremio ha lanzado para evitar ese duro y periódico ataque a la democracia.
  Todo eso es una verdadera lástima.