Los partidarios del presidente han tratado de desviar el meollo del asunto. Incluso han señalado que la casa no es de Peña Nieto sino de su mujer, como si eso cambiara las cosas.
Tantito el hartazgo por delitos tan abominables como el de Ayotzinapa, y tantito porque la corrución ha terminado por endeudar gravemente a todos los mexicanos, creo que los partidos políticos no tienen otra opción que quitarse los privilegios excesivos.
Lo que ganan los cargos públicos electos ya resulta inmoal, como para que todavía le carguen a la cuenta pública su sgastos de comida, traslados, diversión e infinidad de cosas más.
Considero que todos los alcaldes, síndicos, regidores y diputados lcoales electos en junio del 2015 deben recortarse su salario a la mitad desde el primer día.
Y creo que la fiscalía debe fortalecerse para que complete las carpetas de investigación de aquellos que sean acusados de corrupción antes de que los señalados mueran de vejez, como ocurre ahora.
Si eso no pasa, todos los corruptos actuarán como hasta ahora, a cara descubierta y a plena luz del día en el saqueo del erario.
Por supuesto, eso de los candidatos indpendientes (sin partido) no servrá de mucho para cambiar el mundo, por los enormes requisitos que les ponen y que terminan por ligarse al dinero.
Simplemente para recabar el porcentaje de firmas necesarias se requieren recursos que pocos tienen. Quienes decidan invertir en esa tarea terminarán acusados de rebasar los topes de campaña.
Si en el peor de los casos uno de ellos ganara, tendría que hacer igual que los que ahora tienen cargos publicos: robar para reponerse del gasto.
El Sistema ha hecho todo para reproducirse al margen de los ciudadanos.