Pero iniciativas que favorezcan a la ciudadanía no recuerdo una sola. Han aprobado leyes para favorecer a la juventud o a los animales de los circos, pero eso es mentira, porque sólo sirven para quedar bien con la novia o abultar curriculums.
Nada, absolutamente nada de lo aprobado en los últimos años ha favorecido a los ciudadanos, ni ha significado un impulso para el crecimiento o la ampliación de los derechos. Al contrario, estos se han reducido en beneficio de las grandes empresas y sus propietarios y, por supuesto, de quienes los defienden desde el poder.
Cada tres años hay una posibilidad pequeña pero real de emprender cambios drásticos. Sin embargo, siempre los desperdiciamos, lo que no sucede con los políticos, siempre dispuestos a sacar una ventaja. O muchas.
Ojalá que el 2015 sea el año que los ciudadanos sí utilicemos a favor de la sociedad, y no como todos los años electorales que hemos visto transcurrir infructuosamente, incluido el 2000, cuando tantos incautos cayeron bajo las mentiras de Vicente Fox.
El Poder y La Gloria
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Desfasadas
La instituciones están desfasadas de la sociedad a la que deberían servir. Las cosas ya no funcionan, excepto para favorecer a la clase gobernante que -como ejemplo- apenas hace unos meses cambió la ley para que puedan buscar un cargo de elección popular sin tener que renunciar al puesto que hoy ostentan.
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