Hasta Margarita Zavala, la esposa del sanguinario Felipe Calderón (tiene algunas decenas de miles de muertes en su haber) quiere salvar México y rescatar la democracia ahora que le negaron la posibilidad de ser diputada plurinominal, esto es, sin necesidad de hacer campaña y pedir el voto ciudadano.
Por supuesto, mientras no había elecciones a la vista ni ella ni ninguno de los aspirantes a cargos de elección tenían el mínimo interés en los asuntos de la patria.
De hecho, muchos de quienes hoy sonríen trabajaron denodadamente en contra de los intereses de México, pero dan por hecho que ni cuenta nos dimos.
Esta columna de la amargura asume una postura contraria a la de Javier Sicilia: sí debemos acudir a votar. Masivamente.
Pero debemos sobreponernos a la terrible realidad de que la mayor parte de las personas que serán elegibles son parte del problema (probablemente la causa) de éste país.
Por eso, espero que todos podamos estar lo suficientemente informados como para al llegar a las urnas tomemos la mejor decisión, o la menos mala, pero que ésta repercuta en quienes hoy roban impunemente y se carcajean porque creen que no tenemos memoria y todo perdonamos.