Como lo que está en juego principalmente es alguna de las 33 alcaldías, se entiende que la gente dedicada a la política considera que a pesar de la grave situación económica aún existe en los Ayuntamientos suficiente dinero como para hincarle el diente, ya sea de manera literal o través de la nómina con una plaza bien pagada.
La ciudadanía y quienes trabajan en las alcaldías saben que sólo un grupo de amigos de los presidentes municipales ganan lo suficiente, pero el resto sufre cada quincena.
No hay dinero, hay deudas, pero el hecho de que aún haya tanto interés por las candidaturas me hace pensar que la clase política o quienes aspiran a formar parte de ella mantienen la creencia de que la gallina de los huevos de oro aún existe.
Eso habla de cuánto nos hace falta el civismo y la ética. Ninguno de los que se postula quiere mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos. Si lo quisieran tendrían ideas razonables para enfrentar los problemas pero nadie ha aportado algo, por lo que no quiere salvar sino salvarse.
Lo malo es que esa salvación será a nuestras costillas. Pequeño detalle.