Sin embargo, el riesgo persiste porque la compañía que tanta polémica causó el año pasado se fue de Morelos pero vendió sus derechos de explotación a otra, que por supuesto quiere sacar el jugoso botín de las entrañas de la tierra, pero con el método más barato posible, que incluye la destrucción de nuestro entorno.
Eso fue lo que ayer nos recordó la presencia de vecinos guerrerenses afectados por la minería tóxica autorizada a diestra y siniestra por el gobierno de Felipe Calderón, que regaló a manos llenas lo que no es suyo y hoy se da golpes de pecho por doquier.
Pero de regreso a Morelos, señalaré que el riesgo que existe de que prospere alguno de los proyectos de extracción que han sido concesionados es mucha, pero más el peligro de que en la elección que se avecina resulten ganadores alcaldes que no tengan como su principal objetivo cuidar los intereses de sus gobernados y terminen por ayudar a las mineras, como trató de hacer el presidente municipal de Temixco, Miguel Ángel Colín Nava. Supongo que Evaristo Silva Bandala, candidato de Morena al Ayuntamiento temixquense, tendría que esforzarse mucho para que se le creyera que no pactaría cosas como las que hizo quien hoy está en el cargo. Claro, los otros candidatos no cantan mal las rancheras pero sólo lo digo por "trayectoria".
Pero me enfoco en el tema: la próxima elección está llena de aristas, porque está en riesgo de quedar en manos inadecuadas lo poco que queda de patrimonio social.
El Poder y La Gloria
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Patrimonio social
Como aparentemente ya no son un problema, o al menos no el tema de primera plana, los morelenses se han olvidado del asunto de las empresas mineras que quieren explotar los aproximadamente tres mil millones ¡de dólares! en oro enterrado en las inmediaciones de Cuentepec, municipio de Temixco.
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