Seguramente la autoridad electoral va a considerar que, como la mayoría de quienes incurrieron en ese exceso terminó por perder, ya es suficiente castigo.
Pero asumir esa postura es alentar a que el delito se puede cometer dentro de tres años, porque sale barato.
Otra mensaje muy claro de las urnas fue que la ciudadanía perdió la paciencia ante la falta de resultados, y por eso decidió optar por caminos no explorados, como fue el caso de Cuernavaca y Jojutla.
Otra novedad fue que - a pesar de algunos triunfos de los novatos- la experiencia en la ingeniería electoral es crucial a la hora de mantener el hueso, como lo demostraron Lucía Meza, Javier Bolaños, Julio Espín y otros políticos que obtuvieron el triunfo a pesar incluso de que la ciudadanía ya los conoce.
También hubo ex alcaldes y ex diputados que lograron imponerse por ellos mismos y no por los partidos que los cobijaron, como en el caso de Mazatepec y Zapata.
Y esos dos últimos puntos son malas noticias para los candidatos independientes que, poco podrán hacer si las reglas siguen como hasta ahora, con todos los filtros necesarios para preservar el poder de los partidos y su capacidad de imponer leyes a su antojo.
Y hay mucho más qué decir de los mensajes electorales, pero eso será hasta mañana porque hoy el espacio ya se acabó.