Como ejemplo, los gobiernos japoneses hacen planes a cincuenta años con el propósito de tratar de prever lo mismo las necesidades futuras de la población que las oportunidades de desarrollo, una actitud que les permitió convertirse en la segunda economía del mundo pocos decenios después de haber sufrido una gran devastación por la guerra.
Curiosamente, hoy Japón es la tercera economía mundial, luego de que en el año que transcurre un país que también planifica a detalle sus acciones (China) le superó. Aunque las condiciones de ambos países son distintas, los ejemplos son reveladores de la fuerza que se puede alcanzar cuando se planea el futuro.
Lo mismo se aplica al esfuerzo personal y al trabajo en equipo.
Sin embargo, los mexicanos no tenemos la costumbre de prever, por lo que normalmente gastamos gran parte de nuestra energía en reparar los daños que causa nuestra falta de planeación y eso no nos permite alcanzar nuestros objetivos.
No es lo mismo decir lo que uno quiere ser o tener y dejar luego que sea el azar el que determine el resultado que saber lo que queremos y tomar acciones encaminadas a lograrlo.
Y en esta última semana del año estamos ante la oportunidad de trazar el sentido de nuestro esfuerzo para los próximos doce meses.
Claro, eso se puede hacer en cualquier momento, pero el efecto psicológico de empezar un año más ayuda a esa labor.
Así es que los invito a dedicar un poco de tiempo a trazar sus metas cercanas y a buscar desde ahora los mecanismos que ayuden a conseguirlas.
El resultado siempre será favorable para usted, ya que seguramente logrará mejorar las condiciones de vida de usted y de los suyos.
Por lo pronto les deseo lo mejor para el 2011: que la alegría y la paz reinen en su hogar y que usted y los suyos gocen de dicha y felicidad.
¡Feliz Año Nuevo!