Hay tantos ángulos de la vida nacional que podrían mejorarse con relativamente poco esfuerzo que cuesta trabajo creer que eso no se haga.
Lo mismo va para disminuir accidentes en los puntos de las carreteras donde siempre hay percances -tan sencillo muchas veces como poner un mejor señalamiento preventivo- que para sacarle más provecho a los atractivos que tenemos o hasta a las comptencias deportivas.
Por ejemplo, y sólo como referencia a que ayer ocurrió su final de torneo, tenemos el futbol americano y toda la actividad económica que gira en torno a una partido: con varios años de anticipación se determina dónde se jugará el Super Bowl independientemente de los equipos que logren calificar.
Así, la ciudad ganadora tiene suficientemente tiempo para preparar su oferta de servicios como hoteles, restarantes y recuerdos de tal forma que sus habitantes obtienen jugosos ingresos que hacen crecer la economía del lugar.
Ya está por demás señalar las elevadas sumas que se ponen en juego en esta competencia, pero gran parte de ese valor proviene de la exhaustiva planeación, que permite a los inversionistas participar con la seguridad de saber cuánto gastan y cuánto obtienen.
De esos datos surjen empleos y nuevas inversiones. En México es difícil tomar una decisión económica con demasiada anticipación, porque lo mismo se carece de datos o bien las reglas pueden cambiar en cualquier momento, y lo que parecía redituable deja de serlo por una decisión burócratica de último minuto.
Apenas el gobierno federal, por cierto, ofreció dar una certeza al marco fiscal bajo el compromiso de no modificarlo en los próximo tres años. Eso sirve, por supuesto, pero el tiempo de esa certeza es demasiado corto comparado con lo que se hace en otros países.
Y en lo que se refiere a los deportes, el potencial para generar riqueza está allí, pero sólo falta generar proyectos estables que permitan tomar decisiones de inversión sin premura y con la certeza de que las cosas se cumplirán.
En Corea del Sur toda su población dispone de internet de fibra óptica de cien megas de velocidad porque su gobierno así lo planeo desde hace lustros y hoy es normal, cotidiano.
Ojalá algún día nuestras autoridades tengan esa capacidad de planeación, y que se contagie a todos los sectores para que hasta los espectáculos deportivos sean motivo de crecimiento económico.