Además, cada fin de semana miles y miles de autos cruzan nuestro territorio en dirección al puerto de Acapulco y, por lo visto, sus ocupantes son susceptibles de ser atraídos por el encanto de nuestra tierra.
Sin embargo, tenemos que tomar algunas medidas quizá pequeñas pero indispensables para crear el mejor de los escenarios para el turismo.
Concretamente me referiré a la limpieza de nuestras calles y carreteras, un rubro que actualmente deja mucho que desear.
Las bolsas sin usar, papeles y todo tipo de envases ensucian nuestro entorno y causan una mala impresión, porque simplemente no deberían estar allí, los personas no deberían arrojarlas a la vía pública.
No sabría si culpar a las nuevas generaciones solamente o a todos, pero de unos años a la fecha los programas de las escuelas hablan de cuidar el medio ambiente pero no se hace lo suficiente para que de las palabras se pase a los hechos.
Hay demasiada basura y no lo debemos permitir.
Para empezar, las autoridades de todo tipo deben realizar una campaña de limpieza, pero al mismo tiempo se tienen que hacer conciencia entre niños, jóvenes y adultos.
Y después e una campaña de información, aplicar sanciones para que no quede duda de que necesitamos un Morelos limpio.
Es parte de las tareas inmediatas. Y aunque no se requiere de un esfuerzo excesivo, sí se le tiene que dar prioridad.