En otro lugar, los integrantes de su cabildo sesionan en un sitio diferente cada mes para evitar que los arresten, y siempre con el temor de ser destituidos. Lo mismo pasa con muchos Ayuntamientos más, que se ven obligados a cumplir con los compromisos monetarios que dejaron sus antecesores.
Desde las indemnizaciones a trabajadores y funcionario despedidos que han ganado sumas millonarias hasta las deudas con proveedores de diversas épocas, todo es pagar y pagar compromisos del pasado.
Eso, por supuesto, hace que no haya dinero para nada, a veces ni siquiera para lo más necesario, aunque eso habría que comprobarlo.
Todo eso es consecuencia de que en el pasado se eligieron a personas que no estaban capacitadas para gobernar.
La fiebre de cada momento electoral ha llevado a votar en cascada a la gente lo mismo para candidato a presidente de la república que para alcaldes. En este caso, sin importar quién fuera el candidato, solo el color del partido al que representaba.
Eso llevó en Temixco, creo que en el año 2000, a que una persona que sólo había tenido experiencia como mesero se convirtiera en alcalde. El trabajo que antes desempeñaba era muy digno, pero no lo dotó de habilidad ya no digamos para gobernar, sino al menos para administrar una alcaldía.
El señor hoy tiene mucho dinero mientras su municipio es cada vez más pobre, porque además de él sus sucesores han repetido lo que debería ser una tragedia para la ciudadanía, el desgobierno.
Y el mismo ejemplo puede extenderse a casi todos los municipios, como consecuencia no votar de manera irreflexiva.
Creo que la lección ha sido muy dura pero aún no la hemos aprendido, por lo que estamos a tiempo de abordar el tema, para que el 2015 tengamos más control, o por lo menos más conciencia, de las consecuencias a la hora de acudir a las urnas.