Mediante un comunicado de prensa, emitido el último día del año pasado, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) dio a conocer que al cierre del año 2017 registró la cifra de asesinatos de periodistas más baja desde 2007; sin embargo, también advirtió que “no hay lugar para la autocomplacencia”.
Según las estadísticas de la FIP, los asesinatos de comunicadores se redujeron de 93, en el 2016, a 81 en 2017; de igual modo, la FIP destaca que existe un número “sin precedente” de periodistas encarcelados y exiliados, además de que la autocensura está “ampliamente extendida” y la impunidad de los asesinatos, ataques y amenazas contra el periodismo independiente “está alcanzando niveles epidémicos”.
La Federación Internacional de Periodistas es una organización fundada en París, en 1926, con el nombre de “Fédération Internationale des Journalistes” (FIJ); posteriormente fue relanzada en 1946 como “Organización Internacional de Periodistas” (OIP) y perdió a sus miembros del oeste debido a la Guerra Fría, para después resurgir en 1952, en Bruselas, con el nombre actual.
Según datos de la propia organización, la FIP representa actualmente a 600 mil miembros en más de 140 países del mundo entero; mediante sindicatos independientes de periodistas, promueve la acción internacional por la defensa de la libertad de prensa y de la justicia social.
En la lista de periodistas asesinados de la FIP se detalla la desaparición, el año pasado, de 81 reporteros y trabajadores de medios, en ataques premeditados, atentados con coches bomba o debido a un fuego cruzado; dicha cifra supone un descenso de 12 muertes, en comparación con la registrada en el 2016 y además hace del 2017 el año “menos mortífero de la última década para la profesión”.
Al respecto, la FIP atribuye tal descenso en las cifras a que hay “menos puntos de inflamación en lugares antes altamente inestables y en parte a la pérdida de territorios por parte de algunos grupos armados que ha reducido la proximidad de estos profesionales a la línea de fuego en las zonas en combate”; cita el caso de Yemen, en el que los combates entre facciones beligerantes se encontraban “en punto muerto durante la mayor parte del año y los periodistas han estado menos expuestos a los ataques y han corrido menos riesgos”.
Pero la FIP también ha lanzado una alerta; el secretario general de la organización internacional, Anthony Bellanger, declaró lo siguiente: “Saludamos el hecho de que este haya sido el año menos mortífero para la profesión en la última década, pero no hay lugar para la autocomplacencia. En Siria, México e India los asesinatos de periodistas presentan niveles aterradores, más mujeres periodistas han sido asesinadas, la impunidad de estos crímenes supera el 90 por ciento, la autocensura campa a sus anchas y nunca se han registrado tantos periodistas encarcelados como en los últimos años”.
Por su parte, el presidente de la FIP, Philippe Leruth, destacó que “los niveles de violencia generalizada en el periodismo siguen siendo inaceptablemente altos; lo más preocupante es que este descenso no está ligado a ninguna medida gubernamental para abordar la impunidad de estos crímenes contra periodistas. Al contrario, vemos cómo los patrones no han cambiado en los países más violentos como India o México, país en el que estos asesinatos se han disparado”.
Frente a tal realidad, la FIP asegura que ha renovado “su compromiso de confrontar las amenazas de violencia que planean sobre el periodismo abordando la impunidad mediante la proposición de una nueva convención internacional sobre seguridad e independencia de los periodistas y otros profesionales de los medios”, además de buscar ofrecer a los periodistas recursos internacionales más efectivos “para desafiar la falta de acción de los distintos gobiernos a la hora de abordar la impunidad y de llevar a los asesinatos de los trabajadores de los medios ante la justicia”.
Según las cifras reportadas por la FIP, la región de Asia-Pacífico ha sido la más mortífera, con 26 asesinatos, seguida del mundo árabe y Oriente medio, con 24 muertes, América con 17, África, ocho y Europa, cinco.
Las estadísticas de la FIP sobre el número de periodistas y personal de los medios asesinados en el año 2017 son las siguientes, al 29 de diciembre del año pasado:
- Ataques premeditados, atentados con coche bomba y fallecimiento en fuego cruzado: 81.
-Accidentes y muertes ligados a desastres naturales: 0.
-Número total de víctimas: 81 (73 hombres y ocho mujeres).
Mientras que el país que registra un mayor número de trabajadores de medios asesinados en 2017 es México, con 13 muertes, seguido por Afganistán e Iraq, 11; Siria, 10; India, seis; Filipinas y Paquistán, cuatro; Nigeria, Somalia y Honduras, tres.
No perdamos de vista el hecho esencial que los periodistas mantienen informada a la sociedad, requisito indispensable para la democracia y para la libertad, y todo lo que se refiera a las investigaciones que se llevan a cabo respecto a los comunicadores, debe entenderse como un deber jurídico propio; también es una responsabilidad de todos, en la medida de nuestras posibilidades.
El principio 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala: “El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada".
Si las fiscalías están obligadas a mostrar resultados que se sustenten en investigaciones profesionales y legales, integrales y transparentes, con mayor razón cada uno de nosotros, desde nuestra trinchera particular, estamos obligados a involucrarnos y a exigir justicia con bases y fundamentos; en el caso de los ataques contra la libertad de expresión en México, solo así se podrá comenzar a poner fin a la impunidad.