Efectivamente, la separación del ahora estado de Morelos del Territorio inmenso del de México espoleó la posterior lucha partidista entre Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz y este entorno politizado propició que los tribunales federales tuvieran que resolver el amparo interpuesto por cinco hacendados contra el gobernador del nuevo estado, general Francisco Leyva. El sentido en que se resolvió favorablemente este amparo el 11 de abril de 1874 provocó una avalancha de protestas y apoyos que hacen del caso uno de los más comentados y debatidos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”: Manuel González Oropeza, investigador del instituto de investigaciones jurídicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
La 51 Legislatura del Congreso del Estado de Morelos, creó una comisión especial de colaboración a los festejos del bicentenario de la independencia y centenario de la Revolución, que presidió el diputado Luis Arturo Cornejo Alatorre, que realizo una enciclopedia sobre la “historia de Morelos”, en el tomo 6 está el ensayo del jurista González Oropeza, donde se advierte que “cuatro años después, Ignacio Vallarta se encargará de desvirtuar la sentencia y como sucede con muchos otros votos de su pluma, su posición llegaría con el tiempo a ser la verdad legal, sagrada e inconmovible. Ante esta oportunidad de especulación doctrinal e histórica, me permito ofrecer algunas consideraciones sobre el célebre amparo Morelos que pretenden reivindicar sus argumentos del ostracismo al que Vallarta se encargó de enviarlos”.
1.- La extensión y condiciones económicas del original territorio del Estado de México la hacían la entidad más poderosa del país; sin embargo, así de grandes eran igualmente sus problemas, sobre todo en lo referido a la seguridad interior, pues tanto sublevaciones en las poblaciones como vandalismo en los caminos eran comunes y cada vez más frecuentes. El Estado de México abrazaba físicamente al territorio correspondiente a la ciudad de México y, en consecuencia cualquier perturbación que ocurriera en la entidad afectaba o aislaba a la propia capital del país.
Si a esa constante situación le agregamos las invasiones y guerras civiles que asolaron muestro país durante el periodo transcurrido entre 1855 y 1869 comprenderemos en su origen el decreto del 7 de junio de 1862 expedido por Benito Juárez en uso de facultades extraordinarias, por el cual:
… en atención a que en el Estado de México ha venido a radicarse la guerra civil, que para terminarla hay extrema dificultad en razón de que por ella misma las comunicaciones se hallan interrumpidas en el mismo Estado y aun con la capital de la República, y a que la situación se prolongaría indefinidamente por que el Estado de México, tan extenso como es, no puede recibir los auxilios eficaces y directos que necesite, de su propia capital…
Resulto necesario dividir al estado en tres distritos militares al frente de los cuales habría un comandante general con virtuales poderes para gobernarla jurisdicción en cuestión. El primero de esos distritos ocupaba el área de influencia de la capital, Toluca, se extendía abarcando el actual territorio del Estado de México, el segundo devino con el tiempo en el Estado de Hidalgo y, finalmente, el tercero que comprendía Jonacatepec, Yautepec, Morelos (ahora Cuautla), Cuernavaca y Tetecala delineó el territorio en el que actualmente se asienta el estado de Morelos.
Estos distritos militares eran prácticamente territorios federales que se separaban de los estados y, aunque fueron muy objetados, finalmente se impusieron como una realidad para enfrentar el desorden e intranquilidad en que vivía México.
No obstante que desde el Congreso Constituyente de 1856-57 se observó una opinión contraria a la existencia de territorios federales, instaurados y promoviendo en su lugar la formación de estados libres y soberanos, los distritos militares cumplieron en los hechos la función de convertir porciones del territorio de un estado en nuevos estados.
En el territorio de ese tercer distrito militar del Estado de México se venía presentando desde 1852 un importante movimiento de campesinos indígenas que solicitaban la restitución de sus tierras, que los grandes hacendados les habían despojado; a su vez, los asalariados de las haciendas cañeras exigían condiciones dignas de trabajo.
La prensa llegó a temer una guerra de castas en la región de Cuernavaca. En 1856 los propietarios azucareros se organizaron en un comité central de hacendados de los distritos de Morelos y Cuernavaca para pedir la protección de sus propiedades al gobierno federal de Ignacio Comonfort y, además, solicitar el retiro del ejército del Sur de Juan Alvarez cuyos integrantes favorecían las demandas de los campesinos.
AMPARO MORELOS
Entre esos hacendados estaba Pío Bermejo, quien sería uno de los actores en el Amparo Morelos.
Muchas poblaciones de los distritos de Cuautla y Cuernavaca han manifestado explícitamente su deseo de pertenecer al Estado de Guerrero, y es, por otra parte, muy notoria la necesidad de aumentar los elementos políticos de éste… La cuestión social iniciada hace mucho tiempo en aquellos distritos y resuelta siempre en contra de los proletarios por los gobiernos federal y del Estado de México amenaza terminarse por los hechos, como llegó Yucatán, si la autoridad no se decide a obrar en rigurosa justicia, protegiendo hasta donde sea justo a la clase infeliz, combinando sus intereses con los de los propietarios, y es inconcluso que esto pudiera conseguirlo solamente la influencia del señor General Don Juan Alvarez sobre los indígenas de esas comarcas, de manera que, al consultar el que suscribe esa agrupación, cree servir de preferencia a los hacendados, amenazados ya de un modo serio y alarmante.
La comisión de división territorial del Congreso apoyó en dictamen del 26 de noviembre la propuesta de que Cuautla y Cuernavaca se anexaran al Estado de Guerrero pues geográficamente esos distritos, separados por una cordillera del resto del Estado de México configuraba una unidad con Guerrero.
Sin embargo la resistencia de la mayor parte de los constituyentes logró rechazar esta propuesta. El diputado Prisciliano Díaz González presentó sus argumentos el 27 de noviembre que se redujeron a la no viabilidad económica del propio Estado de México sin esos distritos, enfatizando que las contribuciones de esa entidad habían descansado sobre las haciendas azucareras.
El futuro que se les presentaba a los hacendados no era halagüeño, ya que si su problema era la seguridad de sus propiedades. El gobierno del Estrado de México tendría que elevar los impuestos para sufragar los gastos de policía. La anexión al estado de Guerrero tampoco les convenía pues Alvarez favorecía los movimientos campesinos, por ello fueron proclives desde entonces a la transformación de estos distritos en un territorio federal bajo la potestad y cuidados del gobierno federal.
2.- Al frente del tercer distrito militar estuvo el general Francisco Leyva por designación del propio presidente Benito Juárez. El mismo Leyva, convertido después en diputado federal en la Legislatura de la restauración de la República, solicitó en la sesión del 19 de diciembre de 1867 junto con Rosario Aragón la subsistencia de los tres distritos militares en que se había dividido el Estado de México durante la guerra de Intervención, lo cual implicaba que cada distrito siguiera gobernándose a sí mismo. De esta situación a la solicitud de convertirse en estados libres soberanos habría un solo paso.
Ese paso se dio el 14 de enero de 1868 cuando las comisiones unidas de puntos constitucionales y gobernación del Congreso de la Unión, conscientes del apoyo tan grande existente para la emancipación de los distritos, solicitaron a la legislatura del Estado de México su conformidad para la constitución de dos nuevos estados dentro de su territorio: Hidalgo y Morelos.
El dictamen de la diputación permanente del Congreso del Estado de México fechado el 29 de enero de 1868 es un documento pleno de análisis y liberalidad.
Parte del hecho de que los pueblos como los hombres llegan a emanciparse del poder que los sujeta y procede a explicar la diversidad y viabilidad de los distritos como circunstancias favorables para convertirse en estados. Con relación al tercer distrito militar aseveraba:
Y si esto sucede al Norte de lo que en ese proyecto formará el Estado de México, al Sur en la parte que le separa del de Morelos se ve aún más ostensiblemente: pasando los limites de Tenancingo, el terreno desciende rápidamente aunque con mil accidentes, hasta tocar la Costa del Pacifico; la atmósfera caliente nos indica que estamos bajo un cielo diverso del primer distrito: las muelles costumbres de los habitantes, sus tendencias, su comercio, dirigido en la totalidad casi de sus relaciones a la capital de la República, su industria limitada a los ingenios, la riqueza de los grandes propietarios, las aspiraciones de ellos y del pueblo, impulsando a los primeros a aquel centro común y estrechándose los del segundo dentro del término de sus montañas; todo nos indica que la naturaleza y las costumbres han separado indefectiblemente esta porción de la república de la que forma el Estado de México…
¿Tienen las fracciones territoriales que pretenden llamarse Estados Libres y soberanos de México, Hidalgo y Morelos los elementos necesarios para proceder a su existencia política? Nosotros creemos que sí, y lo patentizamos brevemente. En nuestro concepto, los referidos elementos no pueden ser otros que el número de habitantes, la homogeneidad de sus costumbres, intereses y porvenir, la extensión territorial, la riqueza de la propiedad, la importancia del comercio, y los productos de los impuestos bastantes a cubrir los gastos públicos sin el aniquilamiento de la propiedad particular, o la absorción de todos sus frutos.
No obstante, estos argumentos convincentes en materia tan grave tendrían que generar opiniones encontradas. El 18 de febrero de 1868 se emitió un voto particular que plantea interesantes cuestiones. Si bien la Constitución federal establecía que para la creación de un nuevo estado la legislatura de la entidad afectada debería aprobar la medida, el voto particular enfatizaba que dicha aprobación implicaba una reforma a la propia Constitución del estado, puesto que afectaba el territorio del mismo que se encontraba determinado en su texto, por lo que la aprobación debía adecuarse a las normas de reforma constitucional del estado. El artículo 117 de la Constitución del Estado de México aplicable en la época mencionaba que:
El Congreso se limitará únicamente a declarar si las proposiciones merecen sujetarse a discusión y hará que se publiquen si las calificaremos admisibles las dos terceras partes de los diputados presentes, reservándose su deliberación y resolución al Congreso siguiente.
En virtud de esta disposición, la legislatura que conocía de la solicitud para aprobar la separación de su territorio no podría decidir finalmente, sino que tenía que esperarse a la siguiente legislatura.
A pesar de esta inteligente y bien fundada observación, el 17 de abril de 1869 se logró la reforma constitucional para introducir al nuevo estado de Morelos en la federación mexicana, a una distancia de tres meses de haber también aceptado al de Hidalgo. La notificación oficial de reforma la hizo el entonces Secretario de Gobernación, José María Iglesias, quien sería el gran juzgador del Amparo Morelos.
¿CANDIDATO, PORFIRIO DIAZ?
3.- Una vez instaurado el nuevo estado, Yautepec sería la sede de la primera legislatura de Morelos instalada el 28 de julio de 1869. En las elecciones para gobernador, convocadas por el mandatario provisional designado por el presidente Juárez con la anuencia del Congreso, contendieron Porfirio Díaz y su subordinado Francisco Leyva, ganando este último y tomando posesión el 15 de agosto de 1869.
Ni la creación del Estado ni las elecciones de gobernador fueron bien recibidas por todos, Los hacendados en general desconfiaron de su nueva organización política y del gobernador Leyva, quien había promovido la formación del estado de Morelos. Por su parte, los seguidores de Porfirio Díaz se pronunciaron en Jonacatepec en la primera sublevación acontecida en el nuevo estado, el 8 de febrero de 1870.
A la cabeza de los sublevados estuvieron el diputado federal Rosario Aragón, Eduardo Arce y Nicolás Caldera, y exigían la sustitución del gobernador Leyva por Feliciano Chavarría, desconociendo también a Benito Juárez como presidente de la República.
Fue difícil para Leyva lograr gobernar y tuvo que recurrir al apoyo primero de Juárez y después de Sebastián Lerdo de Tejada para continuar al frente del Ejecutivo estatal. Los hacendados y Porfirio Díaz trataron de malograr su desempeño y lo lograron finalmente en Tuxtepec en 1876.
Una vez instaurado el estado de Morelos su primera constitución política fue promulgada el 20 de junio de 1870, en cuyo artículo 66 se establecía por el Constituyente local la prohibición para que el gobernador se reeligiera con las siguientes palabras: “El gobernador durará cuatro años en su encargo, no podrá ser reelecto hasta que haya pasado igual periodo”.
Leyva fue un gobernador apoyado tanto por Juárez como por Sebastián Lerdo de Tejada. Promovió la reforma de dicho artículo y a través de un procedimiento muy discutido en el Amparo Morelos, permitió la reelección del poder ejecutivo mediante decreto de 1870.
Posteriormente, como muestra de su gran respaldo al gobernador, Lerdo de Tejada al ser presidente visitó oficialmente al estado de Morelos en febrero de 1874, poco antes de decidirse del amparo promovido contra las autoridades estatales.
Este mutuo apoyo político de autoridades federales y estatales tuvo su precio con la irrupción de Porfirio Díaz en el poder. Los efectos se anticiparon desde el Plan de la Noria de 1871. Aquellos que apoyaron a Díaz en Morelos fueron perseguidos eficazmente. Esto provocó el primer problema del gobernador Leyva pues fue objeto de nueve acusaciones, formuladas por Jesús Rivera el 19 de agosto de 1871. Entre las que destacaron algunas ejecuciones y fusilamientos de quienes fueron en su momento indultados, por el congreso local, el nombramiento de un jefe rural acusado de homicidio y que el gobernador se aumento el sueldo y se reeligió por disposición propia. Aquel gobernador fue absuelto totalmente el 31 de agosto de 1873.
CARTA DE LEYVA A JUÁREZ
Esta carta, la envío el General Francisco Leyva al Presidente Benito Juárez:
Cuernavaca, enero 11 de 1871.
Señor Presidente don Benito Juárez
México
Muy estimado señor y amigo:
Aunque comprendo que en estos momentos es casi una indiscreción distraerlo de sus graves ocupaciones, no queriendo pasar nada desapercibido para usted de lo que se refiere a mi marcha administrativa, le dirijo la presente para comunicarle un asunto que es de importancia para mí en estos momentos.
El Sr. licenciado Flores y Caso tuvo necesidad de separarse de la secretaria General de este gobierno, por habérsele cumplido la licencia de seis meses que como 2º magistrado del tribunal superior tenía concedida y volvió, en consecuencia, a ocupar su puesto en dicho tribunal.
Esto y el haber salido electo para el que debe comenzar a funcionar el 1º del entrante febrero, como presidente del mismo, le impedían continuar en la secretaría.
Previendo, como preveo, que con la hostilidad tan declarada ya de los señores Peña y Portillo surja un conflicto en el estado, he querido tener el personal del gobierno compacto para lo que pueda sobrevenir.
En tal virtud y no teniendo mucho donde escoger, de pronto me he resuelto a nombrar secretario de Gobierno al Sr. Lic. Don Mariano Villanueva, persona que creo a propósito para ayudarme a afrontar la difícil situación que veo venir con motivo de la declaración del tribunal que tiene que hacer la Legislatura en vista de las últimas elecciones verificadas en el estado el domingo anterior.
Como éstas han sido casi unánimes a favor de la candidatura del gobierno, es probable que trate el Congreso de nulificarlas, prevalido de su impunidad y, en ese caso, no sería difícil que echara mano, para formar un tribunal, de esa persona y ahora sus compromisos para conmigo me aseguran por ese lado.
Además, antes de decidirme a nombrarlo, he tenido con él explicaciones francas y categóricas y casi puedo responderle a usted, de que he ganado a nuestra causa una persona que hasta aquí sé que había estado considerada como oposicionista.
No creo por demás advertir a usted, que este nombramiento es únicamente con calidad de interino y que, al primer momento que yo notara algo que fuera sospechoso, lo separaría de la secretaria y además usted conoce bastante mi carácter, para temer que ni por un momento pudiera este señor imprimir a mi programa político un color que no estuviera enteramente de acuerdo con mis ideas.
He considerado, sin embargo, como un deber el hacerle a usted conocer este paso porque, habiendo marchado siempre de acuerdo con su política y resuelto a seguir siempre sus prudentes consejos, ahora, como siempre, ocurro a usted suplicándole tenga la bondad de indicarme si encuentra algún inconveniente en lo que he hecho.
Usted perdonará que moleste tan frecuentemente su atención, pero espero que sólo verá en esto mi deseo de ligarme hasta donde más me sea posible con sus ideas que son las mías.
Su afectísimo amigo y seguro servidor.
Francisco Leyva
Esta fue la respuesta autógrafa del Presidente:
Qué supuesto que el Sr. Villanueva es de toda su confianza, no tengo ningún inconveniente en que lo ocupe, pues ya sabe que estoy dispuesto no sólo a no ponerle obstáculo sino a ayudarlo en cuanto me fuere posible en su administración.
17 DE ABRIL 2014
El Estado Libre y Soberano de Morelos, enfrenta temas similares a los que surgieron en su origen: hoy la sociedad y el gobierno disponen de instrumentos tecnológicos que no se imaginaron cuando se tomó por las causas ya expuestas la decisión y la necesidad de crear este territorio.
La actual administración es la primera que dispone de una amplia gama de aplicaciones para difundir sus propuestas en los espacios digitales.
Los puntos de vista y anuncios de diversos tipos de los integrantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judiciales, en los ámbitos federal, estatal y municipales, en un importante número de ocasiones primero circulan por las “redes sociales” y desde ahí acceden a los medios tradicionales de comunicación: prensa escrita, radio y televisión.
Desde su fundación todas las administraciones gubernamentales han enfrentado en mayor o menor medida diferencias con diversos sectores de la población. Hay que recordar la forma como dejaron de existir Rubén Jaramillo y otros que lograron integrar sectores simpatizantes a sus causas y que por las mismas y por “razones de Estado”, dejaron de existir y se convirtieron en punto de referencia sobre la subsistencia de reclamos sociales históricos.
La polarización de los proyectos de gobierno del primer proceso electoral celebrado en esta entidad se potencializó por el reclamo de un reparto justo de la riqueza que genera la tierra, con la diferencia de que en aquel momento por ejemplo la producción de azúcar generaba utilidades suficientes para la edificación de haciendas que hoy son hoteles y museos “homenaje” a la opulencia que logó aquella época.
Hoy la producción de azúcar en la entidad es un referente de estudio del por qué el “campo” ya no deja para vivir. Cuando se fundó Morelos, uno de los argumentos para aceptar su separación del Estado de México era la vocación agrícola y productora de vara dulce que caracterizó a esta región.
Esa vocación fue desplazada primero cuando se consideró el “potencial” turístico que podía desarrollarse a través de balnearios y hoteles que dieran servicio a la ciudad de México, que se acercó cuando se construyo la “autopista”, primera en su tipo en todo el territorio nacional.
Posteriormente y ya teniendo “cerca” al Distrito Federal, se impulsó la instalación de un parque industrial, que recibió a la industria automotriz con “los brazos abiertos”.
Con ella llegaron cerca de 200 inversiones “altamente exportadoras” que al inicio de la década de los noventa, se reconoció, estaban contaminando el subsuelo y los mantos freáticos. Los problemas políticos y sociales que se detectaron desde la creación del estado, continuaban presentes y se incrementaban.
Al inicio del nuevo milenio, los morelenses determinaron dar oportunidad de gobierno a una propuesta diferente a la que se “impuso” en el Siglo XX. Fueron 12 años de incremento de la tecnología y la continuidad de los conflictos sociales. Surgió un nuevo tema, “El combate frontal al crimen organizado desde un estado desorganizado”.
A partir del 2012, se inició una nueva etapa política en la entidad y se preservaron los mismos pendientes democráticos, sociales y económicos que se manifestaron desde el 17 de abril de 1869. El poder ejecutivo, el legislativo y el social, conservan las mismas causas por las cuales están distantes y mantienen los mismos motivos para acercarse.