Me faltó agregar en dicha lista a Ariosto Genel García (no fue invitado al cónclave), para complementar toda una pléyade de quienes se suponen posicionados ante el electorado o sienten que poseen los suficientes méritos como parte de la sociedad morelense, convirtiendo al importante proceso de elección interna partidista en una de las peores exhibiciones de divisionismo y ambiciones personales.
Dícese que el Comité Ejecutivo Nacional (según versan sus propios estatutos) tiene la facultad de intervenir en las entidades federativas cuyos gobernadores sean ajenos al PRI. De ser cierto lo anterior a estas alturas de la efervescencia preelectoral, estaríamos frente a un contexto distinto al de 2006, cuando las mismas circunstancias de polarización produjeron una de varias rupturas históricas. Mucho se ha dicho que en los comicios de 2000, el PRI y su candidato Juan Salgado Brito (hoy casi precandidato de las izquierdas morelenses a la gubernatura) perdieron por la “ola foxista”, con lo cual no estoy completamente de acuerdo. Siempre he sostenido la tesis de que si Jorge Carrillo Olea (periodo 1994-1998) no hubiera empatado la elección de presidente de la República con la de gobernador, manteniendo su realización en marzo (así se llevó a cabo durante décadas), otro habría sido el escenario competitivo de Salgado Brito.
Allá y entonces no hubo rompimiento, aunque sí existían rescoldos de una primera confrontación escenificada por varios grupos priístas en 1997, cuando Ana Laura Ortega Vila fue impuesta como candidata a la alcaldía de Cuernavaca. Eso fue un agravio para la estructura territorial de nuestra capital, que favoreció la gestación de un robustecido ciudadano llamado Sergio Estrada Cajigal, abanderado del Partido Acción Nacional, triunfador en los comicios intermedios de 1997. El magnífico esfuerzo desplegado en la comuna y las “flamantes” elecciones heredadas por Carrillo Olea lo llevaron a la gubernatura en julio de 2000 con una votación de casi 3 a 1 sobre Salgado Brito, pagano de los platos rotos del defenestrado gobernador. Por cierto, nunca vimos el supuesto ahorro que se conseguiría con la mentada elección simultánea. Lo de la “ola foxista” y el “hartazgo de la gente contra el PRI” fue un factor importante, pero habría que analizarlo desde otras vertientes y en distinta ocasión.
Sin embargo, en 2006 pasó lo mismo. Fue palpable la orfandad del PRI y la inexistencia de un personaje con peso específico sirviendo como árbitro. Apareció la dispersión de esfuerzos y el éxodo de muchísimos priístas hacia otras organizaciones. Después de una ardua batalla judicial (defendiendo sus derechos de sangre para contender por la jefatura del Ejecutivo local), Maricela Sánchez Cortés obtuvo la candidatura gubernamental, pero perdió ante Marco Antonio Adame. Es más: fue desplazada hasta el tercer lugar después de Fernando Martínez Cué, el saltimbanqui que allá y entonces era candidato de la Coalición por el Bien de Todos (el hoy diputado local “priísta” siempre ha declarado que fue objeto de un fraude electoral). Todo aquello lo cargó sobre sus espaldas la militancia tricolor, pesada loza a la cual se sumó el cacicazgo de la Dupla del Oriente como posesionaria del Comité Directivo Estatal del PRI (desde 2001). Primero tuvo que aguantar cuatro años de soberbia e intolerancia de la controversial fémina, y luego otro periodo más con su heredero Guillermo del Valle.
Y ahora resulta que la Dupla exige una consulta abierta a la militancia como método para elegir al candidato gubernamental, aunque a mí me parece que lo hacen con la intención de reventar el proceso, influir así en los más altos jerarcas tricolores (verbigracia Humberto Moreira Valdés), sacar raja política con un escaño senatorial u otro en la Cámara de Diputados, o de plano vender su capital político a otro partido (dicen que tienen en su entorno a alrededor de 30 mil ciudadanos adheridos a las fundaciones o fideicomisos que ambos operan). Arguyen, asimismo, que en el pasado encuentro con Moreira fueron los únicos en proponer la consulta abierta a la militancia, lo cual es falso de toda falsedad, pues lo mismo secundaron Manuel Martínez Garrigós y Amado Orihuela Trejo, este último con el carácter de ¿qué? ¿Es presidente del CDE del PRI o precandidato gubernamental? ¿Aspira a ser senador o qué? ¿Quién le permite su dicotomía, bastante provechosa (por la inmediata disponibilidad de recursos) para su constante proselitismo por todo Morelos?
Después de la reunión presidida anteayer por Humberto Moreira, el delegado regional del CEN del PRI, René Juárez Cisneros; el delegado especial del mismo Comité, Emilio Andrés Mendoza Kaplan; el secretario de Operación Política del CEN, Miguel Osorio Chong; y la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional, Cristina Ríos Salazar, pudieron percatarse sobre quién es quién en la extensa lista mencionada al principio. Ahí hay mañosos que quisieron endosarse en propiedad el desarrollo del encuentro, mientras otros tergiversaron su fondo y propalaron versiones falsas. La realidad es que a finales de diciembre se aplicará una encuesta, por parte del CEN tricolor, que servirá para empezar a tomar decisiones. No está decidido ningún método. Habrá un descarte en base al mismo muestreo, y la famosa consulta abierta a la militancia no es la única alternativa de elección, pues los estatutos también contemplan la asamblea de delegados. Empero, les recuerdo a ustedes que una concentración de este tipo podría sólo beneficiar a Amado Orihuela, quien ya mostró sus triquiñuelas en la reciente sesión del Consejo Político Estatal, que es de su propiedad. Además, el proceso interno de todos los partidos, a nivel local, no podrá desarrollarse antes del 5 de marzo próximo, teniendo cuarenta días para ejecutarlo. ¿Y el descarte para prospectos a senadores y diputados federales? A ver.
2 comentarios
Hey
MIREN SI EN YUCATAN UNA MUJER LOGRO GRANDES COSAS EN MORELOS TAMBIEN… Compartelo!
Hey
YO CREO QUE DEBEMOS FIJARNOS EN EL PERFIL DE UN GOBERNADOR Y… Compartelo!