Y cómo no: atrás quedó la contienda por la precandidatura de las “izquierdas” mexicanas, definida mediante tres encuestas que favorecieron al político tabasqueño, pero no a Marcelo Ebrard, jefe del gobierno del Distrito Federal, quien admitió estar bastante rezagado en dichos estudios de opinión pública. Ojalá y Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada priísta en el Senado de la República, asuma una actitud igual, abandone sus caprichos y reconozca en Enrique Peña Nieto al precandidato mejor posicionado como prospecto a la presidencia de la República. Francamente, Beltrones ya empezó a hacer el ridículo.
¿Qué podría suceder en Morelos con Andrés Manuel López Obrador como candidato definitivo de la coalición Movimiento Progresista (integrado por el PRD, el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano) en los comicios concurrentes del primero de julio del año próximo? Todo. Pero antes de reflexionar sobre algún escenario recordaré la columna Punto y Aparte del 26 de agosto de 2005. Aquel día AMLO vino a Morelos en gira proselitista. Escribí: “Andrés Manuel visitará nuestra entidad en medio de una cruenta lucha interna por las principales posiciones, actuales y futuras, dentro y fuera del partido del sol azteca, entre las ‘tribus’ locales.
Efectivamente. Desde principios de junio de 2005 propios y extraños constatábamos la red de complicidades entre Víctor Nájera Medina, presidente estatal del PRD; el diputado local perredista Fidel Demédicis Hidalgo, quien aspiraba a la candidatura gubernamental, y el entonces legislador local “independiente” Raúl Iragorri Montoya, eterno aspirante a la misma candidatura. Empero, recuerden ustedes que RIM era diputado del Partido Verde Ecologista de México, instituto político al cual traicionó. Para mediados de 2005 ansiaba reingresar al partido del sol azteca gracias a sus conexiones con Pío López Obrador y José Agustín Ortiz Pinchetti, coordinador de las Redes Ciudadanas a favor de AMLO, sobre las cuales correría la organización de los más importantes actos del “Peje” en Cuernavaca y otros puntos de la entidad. La complicidad entre los tres personajes citados fue denunciada el 2 de junio ante el propio Ortiz Pinchetti por Jorge Messeguer Guillén. Ortiz había estado en Temixco el 28 de mayo para tomar protesta a un comité ciudadano, de un montón que Iragorri decía haber “fundado” bajo la aprobación de Pío López Obrador, a quien Messeguer llamó el “hermano incómodo”.
El ex dirigente estatal del PRD envió una carta a Ortiz Pinchetti argumentando lo siguiente: “En Morelos tenemos la oportunidad de construir verdaderas redes ciudadanas, no partidistas, que aglutinen y encaucen la esperanza de la gente. Sin embargo, en algunos casos se están constituyendo por perredistas con ‘gafete de ciudadano’. Las disputas internas del PRD por posibles candidaturas hacia el 2006 se reflejan en las redes ciudadanas. La intromisión de la dirigencia estatal, acompañando a personajes expulsados del partido y a un empresario oportunista (Iragorri Montoya) que piensa ‘comprar’ la candidatura a gobernador por el hecho de apoyar a AMLO, no tiene nada que ver con el movimiento ciudadano”. Este era sólo un botón de muestra sobre lo que sucedía dentro del PRD-Morelos, a lo cual se sumaban otras pugnas entre diferentes actores.
En el contexto de la visita de Andrés Manuel López Obrador nosotros comentamos que los perredistas locales deberían estar conscientes de que la moneda estaba en el aire hacia los comicios de 2006. Necesitaban un candidato gubernamental capaz de despertar el interés de la ciudadanía hacia su proyecto y superar, mediante el voto útil, sus anteriores resultados electorales. Era incorrecto conformarse con la popularidad de López Obrador o confiarse en que habría una “ola amarilla” sobre Morelos. Así podía interpretarse analizando los antecedentes electorales del PRD, cuyo mejor año había sido 1997, cuando ganó 13 municipios y 7 diputados de mayoría relativa. Sus 162 mil 522 votos para ayuntamientos y 155 mil 252 para diputados le otorgaron además otras 5 diputaciones plurinominales en la 47 Legislatura. El Estado se “pintó de amarillo”. El presidente del PRD era Julián Vences Camacho, presidente del Congreso del Estado en agosto de 2005.
Pero en 2000 vino la debacle, teniendo aún como dirigente al “todopoderoso” Graco Ramírez y a pesar de haber participado en la “Alianza por México” con los partidos Convergencia, de la Sociedad Nacionalista y del Centro Democrático. Ganó solamente 8 ayuntamientos, perdiendo Cuautla, Jiutepec, Jojutla, Jonacatepec, Yautepec y Zacatepec, que eran los municipios más importantes conseguidos tres años antes. No logró ninguna diputación de mayoría relativa, pero sus 78 mil 523 votos le sirvieron para ocupar tres diputaciones plurinominales en la 48 Legislatura.
En los comicios de 2003 las cosas mejoraron un poco para el PRD, con Jorge Messeguer Guillén como su presidente interino (después ratificado en el cargo en un manipulado Consejo Estatal del partido). Ganó 9 municipios: recuperó Cuautla, Yautepec, Zacatepec, Yecapixtla y Temoac; ganó Totolapan, Ciudad Ayala, Zacualpan de Amilpas y Ocuituco como municipios “nuevos”, y perdió Amacuzac, Mazatepec, Tepalcingo, Tepoztlán y Tlaltizapán. Consiguió 4 diputados de mayoría relativa e igual número de plurinominales con sus 119 mil votos para ayuntamientos y 118 mil 854 sufragios para diputados.
Considerando que el PAN ganó la gubernatura en 2000 con 338 mil 138 votos (el 54.74 por ciento de los 617 mil 665 electores que votaron y que a su vez representaron el 65.33 por ciento del padrón), para ganar la gubernatura en 2006 el Partido de la Revolución Democrática necesitaba 260 mil votos más que en los comicios del 2000 y unos 220 mil comparativamente con el proceso de 2003. Esto, obviamente, si en 2006 salía a votar de nuevo un 65 por ciento del padrón que en agosto de 2005 era de 1 millón 104 mil 879 electores, o si el PAN repetía la hazaña del 2000.
La elección de 2006 arrojó un resultado altamente favorable para AMLO en Morelos. El tabasqueño ganó con 304 mil 90 votos sobre los 220 mil 266 de Felipe Calderón. Sin embargo, el candidato de la Coalición por el Bien de Todos a la gubernatura local, Fernando Martínez Cué, consiguió 188 mil 509 votos, que no le sirvieron para vencer al panista Marco Adame Castillo, cuyo resultado ascendió a 208 mil 682 votos. Marisela Sánchez, de la Alianza por México, logró 143 mil 420 unidades. ¿Cuántos votos requerirá el Movimiento Progresista en julio de 2012 frente a la tendencia aparentemente avasalladora de Enrique Peña Nieto? Según todas las encuestas, el ex gobernador mexiquense es el aspirante presidencial mejor posicionado aquí. ¿Quién hará mancuerna con AMLO en las “izquierdas” locales para tratar de superar al priísta? Luego seguimos con el tema.
1 comentario
Hey
Chemo cinta un chayotero debia ponerle a sus columnas patrocinado por pillin… Compartelo!