Sin soslayar ninguno de los actos delincuenciales, a veces ejecutados frente a la descoordinación institucional y la infiltración de corporaciones policíacas (en los tres niveles aludidos), dos fueron los que más llamaron la atención de propios y extraños debido a su intensa difusión por la televisión nacional. Primero la balacera acaecida la madrugada de ayer entre sicarios y elementos de la Policía Federal frente al restaurante “Océano Dorado” en la colonia Las Ánimas del municipio de Temixco (en el trébol de Burgos, a un costado de la transitada Autopista del Sol), donde murieron siete presuntos delincuentes, mientras uno más fue detenido. Un efectivo policíaco resultó herido, pero se encuentra fuera de peligro.
Con el hampón asegurado, de nombre Juan Acosta Rodríguez (47 años de edad, originario de Progreso, Veracruz), es deseable que las autoridades ministeriales federales hayan encontrado el eslabón de una importante cadena delictiva, en hechos que, desde el particular punto de vista de varios comandantes policíacos estatales y municipales, pudieron derivarse de un simple “chiripazo” y no como resultado de acciones de “inteligencia”. Asimismo, déjeme comentarle a usted que el fuerte dispositivo de seguridad implementado por la PF impidió que cualquier efectivo de la Policía Preventiva Estatal y los de su homóloga municipal se acercaran un milímetro al lugar de los hechos, lo cual provocó molestia en esas demarcaciones. Cuando le conviene –explicaron a este columnista- la Federal recurre al apoyo de ambas instancias, pero la madrugada de ayer quebrantó su cacareada “coordinación”. Sin embargo, lo importante para la inmensa mayoría de la población, es que ahora se lleve a cabo una minuciosa investigación a fin de determinar si los sicarios iban de paso o vinieron a Morelos para cumplir algún trabajo (al parecer llevaban a un joven “levantado” en el municipio de Xochitepec).
Y cambiando de ubicación geográfica me trasladaré a Zacatepec, donde ayer, al filo del mediodía, fue rafagueado el capitán retirado Juan Manuel Zamudio Bustamante, director general de Seguridad Pública y Tránsito en la localidad que gobierna el priista José Carmen Cabrera Santana. No obstante el esfuerzo desplegado por el personal médico del hospital “Ernesto Meana Sandoval” de Jojutla, el jefe policíaco murió una hora después. Empero, es importante señalar que este funcionario local fue malogrado después de múltiples especulaciones y acusaciones que le acompañaron hasta su muerte a partir del 6 de enero del año pasado, cuando elementos del Ejército Mexicano aseguraron al regidor municipal de Zacatepec, Enrique Pineda Figueroa, a dos policías municipales y a la esposa del propio Zamudio Bustamante, a quienes se acusó de proteger un depósito particular de vehículos robados que eran utilizados por sicarios.
Recordemos aquellos hechos. El regidor fue detenido durante una primera operación realizada en un corralón de autos sito en Santa Rosa 30 (municipio de Tlaltizapán), del cual era dueño su hermano. Al llegar el Ejército, el regidor se ostentó como su representante legal, pero los soldados encontraron en el lugar cinco mil cartuchos para armas calibre .38 y .12. Los dos policías municipales asegurados fueron Francisco Javier Domínguez Álvarez e Isidro Rodríguez Jaimes, quienes llegaron minutos después de que los militares rodearon el depósito. Los soldados se sorprendieron y esbozaron suspicaces sonrisas cuando vieron descender a los municipales de una lujosa camioneta Jeep Comando. Los efectivos municipales también portaban dos armas calibre .9 milímetros que fueron puestas a disposición del Ministerio Público Federal (MPF). Los vehículos hallados llevaban robados entre siete y ocho meses, pero fueron depositados en el corralón por “abandono”. Empero, para nadie era un secreto que los municipales nunca informaron sobre aquellos vehículos a las autoridades competentes. En dicha ocasión y hasta el corralón llegó enojado José Carmen Cabrera Santana, quien confrontó a los militares, lo cual sucedió pese a que el prepotente edil se encontraba fuera de su jurisdicción en el municipio que gobierna Ennio Pérez Amador. Empero, lo malo de aquel operativo fue que no pasó nada y ninguna autoridad local fue detenida o consignada. Zamudio continuó en su cargo.
El pasado 14 de enero de 2012, también en Zacatepec, tres presuntos robacoches (entre ellos un menor de edad) fueron detenidos por policías municipales que los detectaron a bordo de una camioneta Mazda azul, placas PXD-2726 de Morelos, con reporte de robo. Los adultos José María Moreno y Rolando Giovanni Saavedra, así como el menor, quisieron darse a la fuga, pero no lo consiguieron. Los hampones siguen presos y los hechos, ocurridos en Galeana, quedaron asentados en la Carpeta de Investigación FRV01/109/2012. ¿Tuvo aquella detención algún vínculo con el homicidio ocurrido la víspera? No lo sé. Esto lo tendrán que determinar las autoridades de la PGJ. ¿Fue lo ocurrido a principios de enero el móvil de lo acaecido ayer? También deberá ser respondido por la autoridad ministerial correspondiente.
Cabe subrayar que el 21 de julio de 2011, a pesar de los múltiples cuestionamientos dirigidos hacia él, Juan Manuel Zamudio Bustamante exigió al Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública la entrega de todos los exámenes de control y confianza aplicados no sólo a él, sino al resto de la corporación. El capitán retirado expresó entonces que “existe el pendiente de que arriben fuerzas castrenses al municipio, lleven a cabo una revisión a todo el personal y detecten cualquier irregularidad en la corporación, a fin de tomar las acciones de depuración respectivas”. Así las cosas, surgen otras preguntas: ¿Tocó el jefe policíaco fuertes intereses y vicios arraigados? ¿Fue víctima de una venganza de bandas criminales y policías corruptos? Todo ello deberá contestarlo en su momento la PGJ. Finalmente, con relación a la inseguridad pública, ¿alguien ya se percató sobre lo que ocurre en la zona poniente bajo el manto protector de autoridades municipales?
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Hey
la policia de zacatepec encubre a narcos en el barrio del tamarindo… Compartelo!