El primero (y más obvio) es la posición que la organización asumirá con la llegada de Enrique Peña Nieto al gobierno federal. Tocante al nuevo presidente (tal como ha ocurrido con el gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu), los maestros no requieren hacer pronunciamientos abiertos o espectaculares, a la antigua usanza priísta. Las posiciones vinculadas a la actividad del profesorado (existen aquí alrededor de 23 mil miembros del SNTE), a la educación pública, al rol general del maestro y a la función de los sindicatos en la sociedad actual, serán más que evidentes conforme se acerquen o no a los proyectos de los respectivos mandatarios.
Pese a lo que muchos auguran, el resultado del Congreso no dependerá de la relación que el SNTE vaya a tener con Enrique Peña Nieto. Por el contrario: la relación y la importancia relativa del SNTE en la toma de decisiones sobre los capítulos educativo, de salud y seguridad social, laboral y político, se logrará con los resolutivos y la forma en que la magna asamblea se conduzca. Todo apunta -hasta ahora- a que la vinculación entre el SNTE y el gobierno federal, igual que con el gobierno de Morelos, se regirá bajo términos de respeto y colaboración en aquellos objetivos que comparten ambos poderes ejecutivos (federal y estatal) y el sindicato más grande de América Latina. Lo anterior podría significar grandes transformaciones favorables para la sociedad mexicana; al asumir el Estado Mexicano nuevamente el carácter de administrador de los recursos para la educación librará al SNTE de la carga que durante doce años los gobiernos panistas colocaron sobre sus hombros al atribuirle culpas y no concederle poder real de decisión respecto al complicado ámbito educativo.
En segundo término, el SNTE deberá consolidar su propuesta educativa y diseñar nuevos mecanismos para difundirla, en el ánimo de que funcione eficazmente contra los grupos que han hecho de la esfera educativa un campo para la disputa de intereses económicos y políticos. La organización gremial tendrá que hallar fórmulas para contrarrestar la campaña que, desde hace un año, emprendieron en su contra los líderes agresivos de siempre (agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) y algunas “tribus” tradicionales. Nadie ignora que las acciones tienden a debilitar a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales. Sobre el particular debemos sumar a ciertos sectores empresariales, entre los que destacan “Mexicanos Primero” y la Fundación Cultural Televisa, cuya apuesta hacia el cambio educativo es mediante la privatización. Es importante subrayar que los dirigentes de la CNTE siempre han buscado canonjías y la universalización de la educación sin criterio alguno de calidad o evaluación de resultados, ante lo cual sistemáticamente se topan con un obstáculo: el SNTE bajo la dirección de Gordillo Morales, quien encabeza el 90 por ciento del magisterio mexicano, quiérase o no aceptar. El Congreso de Quintana Roo, desde luego, será una demostración de fuerza por parte de la maestra. En suma: el SNTE necesitará defenderse, ya, con hechos e ideas.
Finalmente queda el reto de la unidad magisterial. Las corrientes institucionales cercanas a la maestra Gordillo deberán consolidar el carácter de un sindicato nacional, pero sin soslayar las propuestas activas de carácter político y sindical y respetando a sus adversarios políticos, quienes deben ser incluidos en posiciones de dirigencia y de reflexión sobre la actividad sindical. La anterior ha sido una de las más efectivas recetas para consolidar el poder moral incuestionable que tiene el SNTE dentro del sindicalismo mexicano. Si el SNTE puede demostrar que posee una propuesta educativa confiable, que no implique arriesgar el carácter público de la educación y pueda construir escenarios de calidad educativa, no tendrá necesidad de enfrentarse estérilmente a grupos como “Mexicanos Primero” o a la CNTE, los cuales quedarán reducidos a lo que realmente son: minorías inmersas en un juego mediático.
La construcción de este proyecto sindical, fuerte y propositivo, tendrá un impacto real en la educación de Morelos. Entre otras cosas, demostrará a Graco Ramírez Garrido Abreu que los escenarios que le habían pintado sobre el tema a nivel local no son tan simples como reproducir las críticas que algunos medios han hecho al sindicalismo. El mandatario estatal tendrá suficientes argumentos para entender que el SNTE es una organización funcional cuando los gobernantes en turno propugnan cambios hacia la calidad educativa; y que ninguna de las propuestas que el propio titular del Poder Ejecutivo morelense pretendiese impulsar tendrá sentido y resultados sin el apoyo de la organización que agrupa y representa a los maestros en todo el país. A partir de este mutuo entendimiento tendría que haber redefiniciones importantes en torno a la política educativa de Morelos, cuya parte sindical no puede concebirse aislada del liderazgo de las corrientes institucionales y de la maestra Elba Esther Gordillo. Así de importante resultará ser el Congreso para Morelos y para la educación pública en México. Este VI Congreso Nacional Extraordinario, que primero se programo en Rosarito, Baja California, pero después en Puerto Morelos (Quintana Roo) debido a la segura presencia de grupos afines a la CNTE (tendiente a sabotearlo), tendrá representación de la Sección 19 del SNTE-Morelos, con Moisés Armenta Vega y María Eugenia Ocampo Bedolla a la cabeza. El evento es resultado de la realización de 54 congresos seccionales en todo el país, donde los trabajadores de la educación eligieron democráticamente a quienes serán sus delegados. A ver.
Finalmente un breve comentario respecto al nombramiento de Marcelino Vázquez Huitrón como nuevo delegado de la Procuraduría General de la República (PGR) en Morelos. Es el enésimo funcionario que toma posesión como tal (sus antecesores se dedicaron a cobrar y a disfrutar de la hospitalidad morelense). ¿Y? La víspera se hizo demasiada alharaca en torno a la designación, definitivamente conseguida bajo gestiones del gobernador Graco Ramírez ante Marisela Morales, máxima titular de la PGR, y no gracias a los méritos personales de quien aspiró a ser procurador general de Justicia de nuestra entidad. ¿Qué podrá hacer Vázquez Huitrón disponiendo de una Agencia Federal de Investigaciones (AFI) venida a menos, con sólo 15 agentes para atender la problemática de todo Morelos, con MP’s federales dedicados a consignar a pequeños narcomenudistas, a portadores de armas prohibidas, a fayuqueros y a vendedores de productos “piratas”, cuando la intercepción de narcotraficantes y otro tipo de hampones corre por cuenta del Ejército, la Policía Federal y la SSP Estatal? Mucho ruido y pocas nueces. En fin.
1 comentario
Hey
PORQUE NO DENUNCIAN ESTE TIPO DE CORRUPTELAS, TODOS VEMOS A ESTE LIDER… Compartelo!