“Era claramente un golpe político contra el gobernador de Morelos, y quienes lo perpetraron pretendían dar la impresión de que en esa entidad hasta la gente más cercana al gobernador estaba insegura y podía ser secuestrada y asesinada. Afortunadamente, en menos de 24 horas, el Mando Único, la Policía Federal y el grupo antisecuestros del gobierno estatal lograron allanar dos casas de seguridad, consiguiendo la aprehensión de diez delincuentes y liberar con vida al diputado”.
2.- “Ahora sabemos que los criminales pretendían asesinarlo para afectar el avance en materia de seguridad que el gobierno de Morelos tiene. Era una instrucción de ‘calentar’ el ambiente en Morelos, desde Guerrero por cierto, y dar la impresión nacional de que en Morelos estamos igual que en Guerrero”, agregó Carlos Navarrete. Recalcó lo siguiente: “Además de lograr la liberación del diputado David Martínez, quedó demostrado que el Mando Único, cuando se opera bien, funciona”. Finalmente, el dirigente nacional perredista envió su felicitación al gobernador morelense Graco Ramírez, a quien patentizó el pleno respaldo de su instituto político a fin de que la entidad federativa morelense avance en la lucha contra el crimen organizado, con energía y eficiencia. Además de recibir la solidaridad del PRD nacional, Graco Ramírez tuvo ayer un papel relevante en la XXXVII sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, junto con Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León. Ambos están comisionados por la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para impulsar la implementación del modelo de Mando Único Policial en el país. El proyecto campeó en todo el encuentro siendo previsible que al comenzar el año el Congreso federal inicie el debate respecto a las reformas constitucionales requeridas. Estaremos pendientes y después diremos.
3.- Hay quienes se obstinan en comparar a Morelos con Michoacán, Guerrero y determinadas regiones de Tamaulipas. Y afirman que la entidad morelense está inmersa en la ingobernabilidad. No hay nada más distante de la realidad, lo cual se confirma con el incesante arribo de miles de vacacionistas, desde ayer, a nuestro terruño. Esto debería darle gusto a propios y extraños, pues los prestadores de servicios están ávidos de que las actividades económicas se reactiven. Empero, a juzgar por todas las posiciones que se asumieron durante el secuestro del diputado perredista David Martínez y luego de su liberación es importante analizar si algunos grupos de presión cayeron de plano en la mezquindad. Para ello utilizaré a continuación tres variables inherentes a la gobernabilidad, a fin de determinar si sus elementos están alterados como arguyen los mismos grupos de presión.
4.- Brevemente diré que en América Latina la discusión regional sobre cuestiones de gobernabilidad se ha enmarcado por tres procesos que comenzaron a ventilarse durante los ochenta: la crisis; la restructuración económica, el agotamiento del modelo del estado interventor y su redefinición en términos de “reforma del estado”; y el cambiante rumbo de las transiciones y consolidaciones democráticas. Así las cosas existen tres principales elementos de la gobernabilidad: 1) La eficacia y la tradición de la “razón de estado”, la cual pone énfasis en la eficacia/eficiencia del poder político y de la gestión gubernamental (alcanzar objetivos en menos tiempo y al menor costo posible); 2) La legitimidad y el buen gobierno, vinculados a la tradición de la justicia, el reconocimiento de un orden político-social, el respeto a los derechos humanos y la obligación gubernamental de proveer bienestar general; y 3) Gobernabilidad con estabilidad, es decir la capacidad de adaptación y flexibilidad institucional respecto de los cambios (económicos, sociales y políticos) en su entorno. De esto último depende la capacidad gubernamental para durar en el tiempo aunque, dicho sea de paso, en Morelos se ha observado la negativa de algunos grupos gobernantes para modificar su entorno cerrado y “aceptar los desafíos que provienen del ambiente” (Leonardo Monino). El inciso tres refleja los errores cometidos por cábalas que no acaban de aprender los fundamentos teóricos de la política.
5.- Al comienzo de su régimen, Graco Ramírez externó la necesidad de un acuerdo político nacional y estatal que contemplase la consolidación de un proyecto gubernamental incluyente eliminando cualquier secuela de las estrategias (a veces se trató de guerra sucia) implementadas por los partidos durante la campaña de 2012. Propuso, entre otras cosas, una visión distinta respecto al pasado, bajo la óptica del nuevo grupo gobernante, “porque la estabilidad de Morelos en los años venideros dependerá absolutamente de una buena y estrecha relación de las instituciones públicas con todas las organizaciones sociales y políticas (…) Asumir el valor democrático de la fraternidad supone reconocer que los conflictos no son contradicciones absolutas que sólo se superen mediante la aniquilación de los rivales, sino factores que pueden y deben tratarse pacífica y legalmente mediante procedimientos aceptables para todos”. Sin embargo, para alcanzar lo anterior es necesaria la tolerancia, valor de la democracia que de ninguna manera implicaría la desviación del vigente proyecto gubernamental por cauces al margen de la legalidad, sino la vigencia de un cambio que, de manera legítima, deje atrás las tradiciones autoritarias de un sistema caduco. Pero hay quienes no abandonan la actitud electorera.
6.- Los comicios estatales de 2012 fueron la base para expresar la opinión de la sociedad morelense tocante a lo que es la gobernabilidad democrática. Con todo y sus bemoles, los comicios de 2012 demostraron la racionalidad del ejercicio ciudadano al salir a emitir su voto. Aquella expresión ciudadana puso de manifiesto la necesidad de construir equilibrios entre los poderes y sus espacios, con transparencia y acuerdos cuyo objetivo básico sea el bienestar general de la sociedad y el mejoramiento de nuestra infraestructura básica, de lo cual deriva la creación de empleos. Infortunadamente, el nuevo proceso electoral está a la vuelta de la esquina mientras todavía subsisten los rasgos de intolerancia entre todos los actores, mismos que propiciaron una polarización estéril en la clase política local. Ya veremos cómo pinta 2015. En la primera quincena de enero empezará la ebullición interna en todos los partidos. Luego seguimos con ese tema.