Uno de los desacuerdos ha sido quién se hará cargo de la presidencia de la mesa directiva del recinto, al parecer va sólido el legislador Fernando Martínez Cué, pero se antoja que sólo es una medida de dilación mientras se consolidan pactos que pudieran darle al tricolor más atribuciones en la Cámara.
Uno de estos es el relacionado a la inclusión al grupo parlamentario del Revolucionario Institucional de diputados panistas, uno que prácticamente ha decidido quitarse la camiseta azul es Rufo Villegas, ayer dio una conferencia de prensa para oficializarlo. Pero se habla de otros dos que estarían dispuestos hacer lo propio, es decir que la bancada de Acción Nacional pudiera terminar con tres en lugar de seis.
Pero con solo la adhesión de Rufo, los priístas contarían con la mitad del número total de legisladores más uno, ello implícitamente los llevaría a mantener la Junta Política y de Gobierno, que se supone, cederían al PAN este año legislativo.
Por ahí puede venir realmente todo este retraso aparente de acuerdos y de trabajo, que por cierto ha sido muy severamente criticado por la opinión pública, por eso decimos que a lo mejor se trataba de una estrategia calculada.
Otro de los que se afirma del lado tricolor está ya "amarrado", es Israel Andrade. Se menciona que sólo se espera el momento oportuno para hacerlo público y entonces las cosas se modificarían muy peligrosamente para Acción Nacional.
Lo de Villegas era un tema muy largamente pronosticado. No sabemos porqué debieron esperar tanto para aterrizarlo, seguramente porque del lado del PRI hay algunos que vienen jugando con la derecha como Jorge Arizmendi García y ha intentado sabotear esas negociaciones de inclusión, no obstante, ha sido ya rebasado. Bueno, algunos de sus compañeros de bancada sostienen que asegura ser quien realmente maneja al grupo parlamentario del PAN, ¿será cierto?
El caso es que lo de ayer es un duro golpe político para el partido en el Gobierno, aunque sabemos que Rufo nunca pudo establecer una relación buena con el coordinador de la fracción, Luis Miguel Ramírez Romero, y ello influyó en esa determinación.
Y también lo obligaron acelerar el cambio cuando la dirigencia estatal de su partido a manos de Germán Castañón Galaviz, por cierto un presidente muy gris, amenazó con iniciarle juicio para sancionarlo, inhabilitarlo o expulsarlo. Lo que hicieron fue justificar su desprendimiento.
Pero independientemente de todos los motivos anteriores y otros que se puedan esgrimir, queda claro que en el PAN hay cierta irritabilidad y enojo en contra de la forma como se viene manejando el ejercicio del poder público a nivel estatal.
Algunos líderes muy activos del panismo decían al reportero, que la administración pública se ha convertido en un "club de amigos", que el 95% de aquellos que trabajaron muy duro por ratificar el triunfo del PAN en el 2006 a nivel de gubernatura están siendo maltratados.
Bueno, uno de ellos señaló: "todavía Sergio Estrada intentó darle juego a cuadros más amplios, pero ahora el pastel es de unos cuantos, que además ni siquiera cumplen con su responsabilidad al frente de las instituciones".
Reconoció que dos o tres secretarios de despacho nunca están en sus oficinas, segundos o terceros mandos son los que tienen que hacerle frente a los conflictos y haciendo compromisos sociales, que luego son rechazados por los titulares.
Todo esto nos lleva a prever que para la elección de candidato al Gobierno del estado, los panistas también se van a dar con todo internamente. Hay por lo menos dos corrientes bastante fuertes que no van a bajar la guardia y se antoja que habrá encontronazo.
Hay pues una especie de resentimiento entre activistas añejos de partido, que como ocurrió en el viejo PRI, han sido utilizados reiteradamente por un pequeño número de privilegiados que una vez logrados los objetivos se olvidan de los favores y benefician a quienes poco o nada tuvieron que ver en la conquista del sufragio ciudadano para ganar.