Por lo polémico de algunas de sus decisiones se generó un ambiente bastante preocupante con buena parte de la sociedad y ello seguramente, les mereció una reflexión y acuerdos en busca de cambiar las maneras de conducirse en lo sucesivo, y es ya visible que comenzaron el 2017 con actitudes totalmente distintas.
Ello ha logrado ir recomponiendo esa relación distante con la población y se antoja que superarán la adversidad.
Como cualquier político, los diputados locales, cada uno desde sus respectivas trincheras e ideologías, aspiran a continuar su carrera en el desempeño de cargos de representación popular.
Así como se estaban dando las cosas en el reciente pasado, se estimaba casi imposible que la mayoría de ellos pudiera volver a salir a las calles a pedir el voto en la justa del 2018.
En éste momento, reiteramos, el ambiente es muy distinto, si las estrategias aplicadas siguen adelante, podrán cambiar aún más la percepción colectiva y abonar en sus posibilidades de ir por otra candidatura, porque generalmente, del Poder Legislativo, suelen salir muchos aspirantes a presidencias municipales, diputaciones federales, senadurías e incluso a la gubernatura.
Y desde luego que esta nueva cara del recinto legislativo abona en los niveles de gobernabilidad y pacificación del estado, que en un momento determinado, amenazaba con desbordarse y alcanzar respuestas y reacciones de inestabilidad en todas direcciones.
Bien por esa nueva actitud y corrección, que llevó incluso a derogar algunas reformas como la Ley del Instituto de Crédito. No es sencillo retroceder en temas como esos, ya que frecuentemente los políticos se aferran a sus decisiones y a pesar de que entiendan que han hecho mal, no dan su brazo a torcer, pero los actuales diputados mostraron humildad e incluso reconocieron que cometieron errores, eso es plausible.
Como parte del legislativo están obligados a abonar en la concordia, la unidad y la sana convivencia entre poderes, a fin de propiciar un clima armónico que induzca a un trabajo conjunto.
Como que se habían abandonado esos propósitos, sin embargo, es visible ya un cambio en dicho sentido.
Vemos ahora algunas diferencias al interior de la Legislatura, que llevaron incluso a la suspensión de la sesión ordinaria hace unos días. Eso suele ser muy común en medio de un clima de libertades y de grupos con oposición entre sí; lo que preocupaba era la imagen que se enviaba al exterior con anterioridad.
Las cosas no están fáciles para los ciudadanos: se enfrentan condiciones dramáticas en aspectos de economía, inseguridad o desempleo, la sociedad quiere ver instituciones comprometidas con su bienestar y lo que tenía era todo lo contrario.
Los legisladores tienen todavía un buen colchón de tiempo para mostrar acciones a favor de sus representados antes que lleguen los tiempos electorales; tendrán que aprovecharlas si desean verse en las boletas de la justa del 2018.
Claro, los problemas en su mayoría, tampoco se han resuelto, pero el clima político y social que en este momento se aprecia en el estado es muy distinto al que privaba apenas a finales del 2016. Eso es ya una ventaja y no es otra cosa, sino civilidad en el trato, entre poderes, partidos políticos y ciudadanos. Con voluntad todo es posible y los legisladores lo entendieron a tiempo.
TEMIXCO, TRÁFICO DE INFLUENCIAS
Y en otro asunto, maestros y maestras de la secundaria “México, 2010”, de Temixco, se quejan de tráfico de influencias por parte de la presidenta municipal Irma Camacho García. A petición de los mismos y por obvias razones, se omitirán los nombres de los quejosos.
Señalan que poco tiempo después de haber tomado protesta como alcaldesa, Camacho, mediante petición personal al director general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) logró instalar como coordinadora académica de ese plantel a su hija Marita Hiromoto Camacho.
El problema es que no cuenta ni con la preparación ni trayectoria dentro del magisterio como para el desempeño de una responsabilidad así. O sea, es la influencia de la madre lo que la llevó al cargo, pero se ha generado un gran conflicto, porque sabedora del inmerecido deber, Marita todo lo resuelve con gritos, insultos y autoritarismo.
Más aún -abundan los profesores- sin entender el porqué, se hace acompañar de elementos de seguridad (guaruras) y uno de ellos entra a la escuela portando arma de fuego, cuando las normas en materia de educación son estrictas: nadie puede ingresar con ese tipo de instrumentos a cualquier institución en la materia.
Tampoco es todo, como muchos recomendados, sólo asiste a desempeñar sus tareas cuatro o cinco días al mes, sin que las instancias competentes apliquen las sanciones laborales o administrativas correspondientes, como sí ocurre con cualquier otro maestro o empleado.
La demanda al titular del IEBEM es en el sentido de que se actúe conforme a las reglas en contra de aquellos que son cómplices en este tipo de acciones, incluyendo a la directora, porque agregan que es ella la que permite esos abusos y excesos.
Los quejosos advierten que de no haber alguna corrección, las cosas pudieran llegar a un punto de conflicto de mayores consecuencias, porque no están dispuestos a continuar permitiendo la humillación y agresiones de Hiromoto Camacho, sobre todo porque adolece de capacidad y mérito para el cargo asignado.
Lo que son las cosas, cualquiera que conoce de cerca a la presidenta Camacho García entiende que llegó a esa posición sin la formación ni conocimientos necesarios a fin de conducir un municipio y por circunstancias de la vida le cayó del cielo un cargo sin haberse preparado para ello.
Podrá exhibir altos grado de ignorancia en muchos sentidos, pero rápidamente aprovecho su situación para sacar ventajas familiares, sólo que en contra del merecimientos de cientos de profesores que tienen carrera y que conforme al escalafón les asistía el derecho de ser promovidos.
Pero el tráfico de influencias es un vicio característico de los “servidores públicos”, que no deja de ser parte de la corrupción que padecemos y que nos avergüenza por los elevados índices de perversión, casi en todos los niveles de autoridad.