Para el priismo nacional, es fundamental continuar al frente del Poder Ejecutivo de esa entidad, porque una derrota le causaría un daño generalizado en todo el país, la percepción de que ese instituto político puede volver a ser derrotado tras su regreso a Los Pinos en el 2012, se fortalecería y sería muy difícil cambiar los escenarios hacia la justa presidencial del 2018.
Prácticamente es el vencer o morir y es por eso que han volcado todas sus estructuras, la maquinaria en pleno se encuentra operando en esa entidad, no hay político de rango en el partido que no haya sido convocado a desarrollar alguna tarea a favor de su candidato Alfredo del Mazo Maza, pero a pesar de todo eso, la distancia frente a su cercana perseguidora, Delfina Gómez, pareciera ser sólo de unos cinco puntos.
Pero por lo que se puede apreciar, no sólo han movido a sus estructuras, también se aprecia que hay negociaciones con otros partidos, a fin de que validen los resultados, que buscarán a toda costa les sean favorables y en ese sentido parecen caminar los candidatos del Partido Acción Nacional y de la Revolución Democrática.
Bueno, por lo menos a nivel de charlas de café entre los políticos locales, acá en Morelos, se menciona que el perdón que la Procuraduría General de la República (PGR) le concedió a la abanderada del PAN, Josefina Vázquez Mota, respecto a denuncias por la presunta comisión de delitos graves, está condicionado a tener que levantarle la mano a Del Mazo y validar los resultados.
El viejo partido todavía se mueve, no cederá ni un centímetro y menos a las huestes de Andrés Manuel López Obrador, porque es la principal amenaza de todos los demás grupos en el poder, para las elecciones del año que viene, así que van a vender cara la derrota, si es que llegara a darse, pero es muy difícil que se logre la hazaña.
EN MORELOS, HECHOS BOLAS
Pero todo ese esfuerzo que el tricolor viene volcando en el estado vecino parece ser a costa de sacrificar su futuro en Morelos, aquí enfrentan circunstancias verdaderamente críticas, y por si las cosas no estuvieran graves, todavía entran en un ambiente de ruptura interna como consecuencia de la aprobación de las leyes secundarias en lo relacionado a la reforma electoral.
El grupo parlamentario en el Congreso local se mueve con mucha tibieza, vuelven a arremeter en contra de Francisco Moreno Merino que a pesar de todo se mantiene y advierte que seguirá siendo priista por el resto de su vida, no obstante las presiones a las que se ha enfrentado desde hace buen rato. El hombre, por las razones que sean, mantiene cercanía con algunos personajes de la vida política nacional y como que eso ha impedido que le hagan daño. Como que tiene cierta ventaja ante sus adversarios internos, el juega en las grandes ligas, los otros son políticos de barrio.
El pasado fin de semana acudió al cierre de campaña de Del Mazo y seguramente aprovechó para saludar a uno que otro pez gordo en los que se apoyará para sortear el vendaval que le azota en estos momentos. Son pues muchos factores, los que en el caso Morelos se tienen que superar, para poder pensar en ser competitivos electoralmente en la disputa por la gubernatura en el 2018.
La unidad no se les da desde siempre, la misma pérdida de la presidencia de la república se debió en mucho, al enfrentamiento entre poderosos grupos que cada seis años buscan ascender al ejercicio del poder supremo, así sea eliminándose mutuamente. Pues aquí ha sido lo mismo y en esta ocasión las cosas no les pintan distintas.
Hay incluso algunos valores que sabedores de todos esos inconvenientes, están optando por guardarse y no intentar participar en las elecciones venideras, uno de ellos es el ex alcalde capitalino Jorge Morales Barud. Algunos de sus cercanos mencionan que había pensado contender por la candidatura al gobierno estatal, pero anticipándose a los posibles escenarios, decidió hacerse a un lado.
Que el señor considera que de sacar la cabeza, desde diversas trincheras del priismo se le echarían encima, acusándolo de todo y como tampoco los pronósticos son muy positivos para el PRI, entonces no vale la pena poner en entredicho la honorabilidad y el respeto, así que lo mejor es quedarse quieto.
Y es que tampoco hay una dirigencia capaz de poner autoridad y llamar al orden, por el contrario, el CDE se encuentra en un vacío del que no saldrá adelante en tanto se mantenga la indefinición en la dirigencia. Para algunos, que van por una candidatura de importancia, lo mejor es que el CEN designe a un delegado especial que haga las veces de presidente del comité estatal y conduzca el proceso electoral, para evitar ir a una cena de negros en la elección del sustituto de Rodolfo Becerril Straffon.
El Revolucionario Institucional buscará incluso un triunfo contundente en el Estado de México, porque de ser así, modificará las tendencias y escenarios rumbo a la elección presidencial del año que viene. Es decir, si pierde esa gubernatura, está con un pie fuera de Los Pinos, pero si la conserva, se crecerá y pondrá a temblar a sus adversarios, aún le queda un año para tratar de modificar la percepción del electorado y a eso le tiran.
Sólo que en el caso Morelos se antoja que ni un milagro los podría regresar al control del poder en la justa que viene y si se llegara a dar, es por la fuerza y contundencia de quien sea el abanderado, pero de ninguna manera por la estructura partidista que exhibe sus peores momentos, porque no hay trabajo territorial.
Y tardíamente reaccionan a la aprobación de una reforma electoral que sí parece llevar ciertos mensajes.