Hemos venido anticipando que el Frente Amplio Opositor, que a nivel nacional sigue avanzando, en Morelos parece enfrentar resistencias de uno de los posibles participantes.
En el interior del Partido Acción Nacional (PAN) algunas corrientes están incluso dispuestas a renunciar a la institución, si se ordena ir en conjunto con otros partidos.
Ayer, figuras representativas de lo que en su momento fue la “Sagrada Familia”, pero que tras ejercer el poder en el estado acabaron dividiendo posiciones, mostraron el serio conflicto que traen de cara a las elecciones del 2018 y ello sólo representa una mayor debilidad del panismo, que tampoco logró consolidarse, a pesar de haber gobernado al estado durante 12 años.
Entre los concurrentes a esa rueda de prensa de ayer, estuvieron Germán Castañón Galaviz, quien se desempeñara como secretario de Gobierno al final de la administración de Sergio Estrada Cajigal Ramírez; también el ex diputado local y federal y ex aspirante a la comuna capitalina Luis Miguel Ramírez Romero, además de regidores y militantes “distinguidos”.
Su posición fue muy clara, para nada van con el Frente Amplio y además acusan al presidente del CDE, Juan Carlos Martínez, de venir “negociando en lo oscurito” con las dirigencias del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de Movimiento Ciudadano (MC), sin hacer público el tema al resto de los panistas.
En concreto, como que el partido “está muy partido” y no se descarta una desbandada de cuadros hacia otras trincheras o simplemente guardarán su distancia y evitarán participar en el proceso, aspecto que debe ser ya motivo de preocupación de todas las estructuras.
Éste grupo de panistas de ayer, decíamos, fueron parte de la “Sagrada Familia”, cuyo proyecto llevó primero a Sergio Estrada y luego a Marco Adame Castillo a la gubernatura; sin embargo en el camino surgieron diferencias, por lo que algunos calificaban de injusta distribución de posiciones en el ejercicio del poder del 2000 al 2012.
Hoy esa distancia entre grupos que fueron afines, toca fondo. Adame Castillo y su familia política vienen acompañando la propuesta del frente amplio a fin de que se reproduzca en la entidad; sin embargo, ello obedece a que traen intereses muy específicos. Baste referir que MAAC ya viene posicionando públicamente a su hijo Juan Pablo Adame Alemán para que por lo menos le dejen una diputación local.
Esa posición debe incluso ya estar apalabrada con el resto de los partidos que irían en la alianza, aspecto que tampoco es bien visto por otros grupos que se han puesto a la defensiva. La crítica de estos inconformes panistas es porque recuerdan que públicamente el líder estatal ha dicho que no va al bloque, pero se sigue reuniendo con los representantes de las otras organizaciones, por eso lo acusan de simulador.
Bueno, algo que también es evidente, pero que ellos mismos reconocieron, es que al interior del estado sólo cuentan con ocho comités municipales en forma; en los restantes 25 no hay dirigencias y como consecuencia el padrón de militantes ha caído significativamente. Acción Nacional dejó caer las tendencias favorables que llegó a traer en municipios como Temixco, Jiutepec, Xochitepec, Cuautla y sólo conserva alguna tendencia favorable en Cuernavaca; pero aún aquí, con indicios a la baja.
El CDE pareciera haber regresado a su histórico trabajo de escritorio; el único que les da cierta presencia es el diputado federal Javier Bolaños Aguilar, que esporádicamente incursiona en algunas regiones morelenses en busca de alcanzar la candidatura al gobierno estatal, pero fuera de él, el territorio está abandonado.
La aparición de estos panistas ayer pudiera ser secundada muy pronto por otros grupos; Bolaños Aguilar ha venido haciendo un enorme esfuerzo por darle vida al panismo y hasta donde se sabe, tiene muy buen acompañamiento de personajes de primera línea de su partido, tanto a nivel de dirigencia nacional, como del Senado de la República y la Cámara baja.
O sea, trae respaldos interesantes para competir por la gubernatura en las elecciones del 2018 y difícilmente aceptará ir a una candidatura menor si se formaliza aquí el frente amplio. Y si la disposición superior es acatar la línea nacional, igual y acaba aceptando propuestas de otros partidos que parecieran más rentables para su causa.
El escenario pues por ese lado muestra difíciles confusiones y el crucigrama no está nada fácil de resolver; con todos esos inconvenientes la fuerza real del frente se vería bastante disminuida y al final a lo mejor resultaría más productivamente electoral que el PAN fuera solo.
El asunto es que nos encontramos a escasas semanas de que se tomen las decisiones en materia electoral y localmente no se conocen siquiera las reglas que se aplicarán para la nominación de candidaturas; porque si bien la gubernatura es la más importante, en lo que corresponde al estado, hay otras muy trascendentes, como en el caso de la alcaldía capitalina o las dos senadurías de mayoría, aunque por ser de índole federal, seguramente se decidirán en el CEN.
Pero aquí lo habíamos advertido hace ya algún tiempo de todo lo que ahora vemos, cuando se hacía mención que a nivel de comités municipales se había votado por el no ante la propuesta de ir con el frente y en el interior del consejo estatal de partido la tendencia era la misma. Como que esas hipótesis se están confirmando.
Por todas esas inconsistencias e indefiniciones, todavía el panorama a nivel local es altamente confuso; nos queda claro que son cuatro los partidos que medirán fuerzas en una contienda muy cerrada: PRI, PAN, PRD y Morena, los demás se sumarán a algunos de ellos, sólo que si se arma el frente, se reducirían a tres, porque panistas y perredistas irían juntos.
Habrá algunas candidaturas independientes, pero a decir verdad, hasta este momento no pinta nadie como para dar la pelea, menos a la gubernatura; acaso tendrán cierta incidencia, a nivel de presidencias municipales, como en el caso de Cuernavaca, donde hay dos que tres levantando la mano.