En su intento por lograr el número de firmas requerido por el Instituto Nacional Electoral (INE) a fin de contender por la presidencia de la república en su modalidad de candidato independiente, el senador perredista con licencia Armando Ríos Piter visitó ayer la capital del estado para aceptar que las cosas no son nada fáciles.
Habíamos considerado en este espacio que de las decenas de soñadores que intentaron buscar la candidatura presidencial por esa vía, sólo unos cuantos llegarían a la meta y más o menos por ahí van las cosas; anticipamos que quizás tres de todos ellos alcancen la inscripción como tales y ellos son el ex gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez el “Bronco”; Margarita Zavala, la esposa del ex mandatario Felipe Calderón Hinojosa y nuestro visitante Ríos Pitter.
Todos los demás comienzan a quedarse atorados en el camino, ya que no han conseguido siquiera la mitad de las firmas requeridas en los requisitos previstos en la ley y menos aquello relacionado con el uno por ciento del padrón nominal de 17 entidades federativas del país.
Por lo menos en lo referente al apoyo ciudadano, el también economista de profesión aseguró que ya alcanzó las 650 mil rubricas y que ha logrado el uno por ciento del padrón de dos o tres estados; sólo que tienen que ser 17, como lo dijimos, pero todavía le restan cerca de cuatro semanas para abonar unas 200 mil más.
Es posible que incluso para cuestión de currículum valga la pena aventurarse en busca de un cargo de tan alta investidura, porque siendo honestos, a ninguno de los tres mencionados les vemos alguna posibilidad de acercarse siquiera al triunfo el próximo primero de julio.
Y no porque sean malos elementos; el mismo Ríos tiene una trayectoria política interesante y preparación académica de las mejores; Zavala ya sabe de cerca lo que es gobernar a un país, acompañó a su esposo esos seis años del 2006 al 2012 y en lo que toca al “Bronco”, pues gobernó Nuevo León que no es cosa menor, sólo que vencer a los peces gordos, que vienen con todo el dinero del mundo, con una maquinaria partidista impresionante y con “padrinos” hasta en el extranjero, es cosa de otro mundo.
Y además sostenemos que ellos mismos ya saben que sólo será por el orgullo de, algún día, presumir a sus descendientes que fueron candidatos a la presidencia de esta nación, pero seguramente a un costo bastante alto, porque la inversión que deben estar haciendo no es pequeña.
De ahí que se siga insistiendo en que se trata de una estrategia diseñada desde la misma cúpula del gobierno y del partido en el poder, con la finalidad de pulverizar el voto en el entendido de que de esa manera, hay mayores posibilidades de que los de siempre, se mantengan al frente de las instituciones.
Y si eso fuera así, entonces se pensaría que desde tales instancias partidistas o gubernamentales sale el dinero para esas campañas y a los actores no les cuesta nada, por el contrario, se estarían incluso llevando un billetazo porque es como desarrollar cualquier trabajo de estrategia electoral. Pero ellos siguen adelante y habrá que esperar si por lo menos se van a defender en las urnas.
Eso sí, aquí nos aventuraríamos a pronosticar que a la recta final los independientes llegarían en posiciones muy relegadas después de los candidatos de partido. Y observando cómo se vienen dando las cosas, diríamos que los dueños del capital en México y más allá de las fronteras, ya traen como suyo al aspirante del tricolor José Antonio Meade y lo van a imponer; detrás de él se estaría situando y muy de cerca, a tal grado que pudiera haber nuevamente polémica y conflictos poselectorales, el abanderado de Morena, Andrés Manuel López Obrador; en la tercera posición, pues el del frente amplio Ricardo Anaya; en la cuarta, Jaime Rodríguez, bastante peleado con Zavala que quedaría en el quinto; y finalmente en el sexto, Ríos Piter.
CARESTÍA SIN LÍMITE
Y en un tema mucho más preocupante, parece que la escalada de precios a partir del comienzo de este 2018 no tiene comparación con ciclos anteriores; casi a diario se mencionan incrementos en artículos de primera necesidad que abonan en la angustia y desesperación de millones de familias en este país porque sus ingresos cada vez alcanzan menos para adquirir lo indispensable en lo que toca a consumo de alimentos.
Y era de esperarse, porque cuando se sube el costo de la gasolina o el gas doméstico se provoca una cadena o burbuja inflacionaria que repercute en todos los órdenes. Continúa la polémica respecto a que si ha sido o no legal la refacturación en los energéticos y que si los tortilleros deben o no encarecer ese insumo básico, pero la verdad es que más bien pareciera una estrategia para generar confusión entre esos actores, buscando sacudirse las culpas ante la sociedad.
Lo único cierto es que son golpes mortales a la economía familiar y además sigue la advertencia en el sentido de que, tanto gas como gasolina mantendrán la evolución a la alza, por eso decimos que las cosas están bastante claras; desde el gobierno se están autorizando todos esos incrementos que ahora ya tocaron el huevo, que también es de alto consumo nacional.
Oficialmente se excusan en que son repercusiones de lo que internacionalmente viene ocurriendo con el precio del petróleo; ya porque su encarecimiento obliga a subir el precio de las gasolinas. Pero somos productores de crudo a gran escala mundial y entonces a mayor precio del mismo más ingreso por su exportación y ese dinero tendría que orientarse para subsidiar productos de la canasta básica, por ahí se podría resolver la cosa.
Lo triste es que para nada se observa algún esfuerzo o medida gubernamental por resolver todo lo anterior, en beneficio de esas mayorías que desafortunadamente son las más vulnerables. A los más pobres y marginados les pega más, así ha sido siempre en esto de la inflación, porque el consumidor es el último en la cadena. Si al comerciante, empresario o prestador de servicio le incrementan los insumos, sólo le carga la factura a sus clientes o consumidores y él sigue ganando, pero ¿nosotros a quién pasamos esos incrementos? Ya somos los últimos y por lo tanto los paganos.