En la búsqueda de espacios de representación popular hay dos caminos a seguir: el primero consiste en conseguir una candidatura por la vía del voto ciudadano y el segundo es a partir de decisiones de partido en lo que toca a la distribución de legislaturas de representación proporcional.
El primer caso es el más difícil, porque hay que ir a una lucha campal a fin de lograr el mayor número de simpatizantes que garanticen el triunfo en las urnas, mientras el otro es el camino más directo y no requiere de tanto tiempo, dinero y esfuerzo y en ese sentido como que rumbo a la integración de la siguiente legislatura local hay dos casi amarrados.
Uno de ellos es el ex secretario de Gobierno Matías Quiroz Medina, que dijo haberse separado del cargo porque busca ser diputado local plurinominal y lógicamente sería el número uno en la lista. El otro, del que se ha insistido mucho que igualmente la pudiera tener en la mano es Juan Pablo Adame Alemán, el hijo del ex gobernador Marco Antonio Adame Castillo.
El ex mandatario es parte del CEN del Partido Acción Nacional (PAN) y desde ahí ha presionado a fin de que su hijo llegue a la cámara local, pero también por la vía de la representación proporcional. Entonces se pudiera considerar que son los más cercanos a una posición derivado de la justa del primero de julio del presente año.
Sin embargo, debe recordarse que ya para la contienda en puerta el número de curules del Congreso morelense se redujo de 30 a 20 y consecuentemente también los espacios plurinominales, de tal manera que ahora son menos e incluso, habrá partidos a los que no les toque ni una sola, dependiendo del resultado que obtengan.
De tal forma que aún los dos anteriores, siendo los número uno de sus respectivas listas, podrían quedar fuera, pero de todos modos es mucho más riesgoso ir en busca de un espacio de mayoría, porque las posibilidades de llegar son muy remotas y la inversión en juego mayúscula.
Pero de llegar ambos, estamos casi seguros que la estrategia del PRD es que el ex funcionario estatal sea el coordinador de la fracción parlamentaria y no se antoja mal elemento, porque ya fue legislador local y alcalde de Tlaltizapán, además de la formación que obtuvo en su calidad de secretario de Gobierno. Por lo menos en cuanto a carrera política promete mejores resultados que muchos de los que van de salida.
En lo referente a Adame Alemán, viene de ser diputado federal. De los hijos de Marco, sus amigos dicen que indudablemente es el más destacado e inteligente. Como que trae cierta formación heredada del padre; es joven y con mucha carrera por delante; igual y la intención es la misma: que coordine a su grupo parlamentario, aunque una vez dentro, muchos otros le van a querer brincar.
Los dos anteriores parecieran ser los únicos palomeados por sus respectivos partidos hasta el momento, todavía en las otras trincheras se van a dar con todo por esos lugares que son un regalo o un premio concedido por el mismo instituto político, Con base en el apoyo de quienes cuentan con poder de decisión o por alguna recomendación superior.
OTROS SE MOVIERON, PERO…
Y como ocurre en cada proceso de elección, una buena cantidad de personajes de añeja trayectoria pero con mucha ausencia actual intentaron meterse en la lucha por posiciones y pareciera que no lograron el objetivo. Uno de ellos es David Jiménez González, que perdió continuidad tras la pérdida del poder de parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el año dos mil.
Nunca logró el sueño de ser candidato a gobernador, acaso logró ser incluido en algunas ocasiones entre aquellos que la buscaban por la vía del tricolor y también en ésta ocasión intentó hacer su luchita. Comenzó a organizar encuentros con cuadros ya muy relegados con el propósito de buscar la candidatura al gobierno, pero esos esfuerzos no trascendieron y todo lleva a pensar que no prosperó.
A quienes asistían a esos encuentros les aseguraba que traía un buen “padrino” desde el gobierno federal y el partido, pero ese era sólo el gancho para ilusionar y sembrar esperanzas en sus pocos seguidores. Reiteramos, no es mal político; más aún, tiene una formación y academia muy por encima de quien le pongan enfrente, pero electoralmente perdió presencia y eso en política es mortal.
Uno más, igualmente priista, es Samuel Palma César. Él cobró cierta presencia previas las elecciones del dos mil, porque es uno de los que promueven la fundación Luis Donaldo Colosio; de ahí que se les conozca como “las viudas de Colosio”. Usaron durante algún tiempo la sombra y figura del candidato presidencial que fuera asesinado en Lomas Taurinas, en Tijuana, durante un acto de campaña, pero ya también el movimiento pasó de moda y con eso, los que lo alimentaban.
Palma César fue presidente del CDE en Morelos, precisamente derivado de todo ese pasado, pero al no poder alcanzar posiciones de elección o representación popular, se fue perdiendo y ahora, cuando intentó hacerse presente, muy pocos lo identifican y como David, tendrán que seguir esperando mejores tiempos, aunque eso se antoja difícil.
Tenían la opción de irse por la vía independiente, como sucedió con Ariosto Genel, que fuera parte del gabinete de Jorge Carrillo Olea, pero seguramente calcularon que tampoco les funcionaría y siguieron presionando en el tricolor. En éstos tiempos tan acelerados y cambiantes, los políticos necesitan mantener una presencia permanente o serán olvidados rápidamente por los electores.
Pero para ello se necesita de recursos económicos para la inversión en la materia; hay quienes los tienen, pero no los saben usar; la mayoría no los tiene y aunque quiera, está imposibilitado para promoverse. Si se es afiliado a algún partido, deben realizar actos constantes a favor de sus siglas a fin de merecer un espacio cuando llegue la distribución, sólo que la mayoría se acuerdan de su instituto político sólo cuando requieren de él.
Claro, otra cosa es si realmente se cuenta con algún contacto con capacidad de decisión en las cúpulas partidistas; siendo así, ni militantes necesitan ser, pero eso es difícil de lograr y muchos se van relegando y perdiendo actualidad con los electores que son los que le dan vida a los políticos.