La concentración humana volvió a ser impresionante porque a la población le atrae mucho la inclusión de elementos de las fuerzas armadas federales, ya sea el Ejército Mexicano con sus vehículos blindados o la Marina nacional. Pero esta vez la euforia se vio interrumpida por la agresión que sufrió una veintena de personas a causa de un caballo participante en el evento, que perdió el control.
Lo más lamentable es que entre los heridos están ocho elementos de un grupo de música, que venían en apoyo desde el hermano país de Guatemala. Hasta donde nos quedamos, uno de ellos está en grave estado de salud.
Después del desafortunado acontecimiento, lo menos que se dijo es que hubo muy mala organización. No se dispuso de puestos de socorro, además de que en ese tumulto de gente difícilmente se puede maniobrar en casos como el ocurrido.
La verdad es que fue una pena porque la fecha era de lo más memorable; la figura de José María Morelos y Pavón es muy querida en la Heroica. Bueno, baste decir que es el desfile más concurrido y dinámico en el estado y de algunas otras entidades. Claro, de ninguna manera comparado con el que se lleva a cabo en Morelia, Michoacán, tierra natal del generalísimo, pero frente a otros festejos, no tiene parámetro.
El evento además era especial esta vez porque seguimos celebrando los 200 años de inicio de las luchas de independencia, y en eso el cura es figura central, conjuntamente con Miguel Hidalgo y Costilla.
Eran muchas las razones para hacer del de ayer el mejor desfile cívico militar, y en ese sentido iba hasta que la falta de precaución de los organizadores derivó en lo arriba mencionado.
Ya imagina usted, los contingentes participantes tuvieron que suspender su intervención por lo menos durante 45 minutos mientras los equipos de auxilio médico realizaban su trabajo para atender a los desafortunados.
El gobernador Marco Adame Castillo que se encontraba con parte de su gabinete en un templete de la avenida Insurgentes por donde pasó el cotejo, debió acudir a ver cómo se encontraban los lastimados y después ya no regresó a su lugar.
Lo que se comentó por ahí es que se trató de una medida de precaución ante la posibilidad de que al enterarse la concurrencia se encendieran los ánimos y se presentaran acciones fuera de control.
Tal vez ésa era la mejor decisión, para qué arriesgarse; como dice el dicho "el horno no está para bollos", y los funcionarios aprovecharon para dar por concluida su presencia.
Ya cerca de la una y media de la tarde se reanudó el evento que se prolongó más de lo previsto a consecuencia de lo que le venimos describiendo. El asunto es que en todo esto tiene que haber responsables, así sea intelectuales.
Se contactó al director general de Protección Civil, Basiliso Miranda Román, más o menos una hora después de los sucesos, pero no estaba enterado; sin embargo, respondió que en el caso del desfile de Cuautla, nunca se les pidió su intervención. Todo corrió a cargo del Ayuntamiento anfitrión.
Es decir, que todo estaría recayendo en la figura del alcalde Felipe Güemes Ríos. Aunque contando con la presencia del mandatario estatal, se debió contar con la colaboración del propio estado, sobre todo de áreas específicas en lo relacionado a celebraciones de tal envergadura porque hay contingentes de otros estados vecinos, como Puebla, Oaxaca o Estado de México, amén que en esta ocasión hasta extranjeros llegaron.
Al menos, quedaron compromisos de Marco Adame en materia de inversiones como la construcción del boulevard, saneamiento del río Cuautla y la petición para que esta población sea declarada "Ciudad de los Monumentos Históricos”; ésa es la parte bonita de los sucesos ocurridos ayer.
Pero como reza aquella expresión, "no falta un pelo en la sopa", en otros eventos como el del 15 y 16 de septiembre, el temor se dio en torno a un posible hecho delictivo de ésos ya muy característicos en los meses recientes en Morelos. No fue así; sin embargo, el hecho incidental empañó las celebraciones, ¡qué lástima!