Ello cobra fuerza porque se menciona que entre los posibles propietarios se encuentran dos personajes de la vida pública, el ex coordinador de asesores y comunicación política del gobierno estatal Javier López Sánchez y el diputado local Rufo Villegas.
Se trata del antro denominado "FEIS BUK" que desde temprana hora abre sus puertas y comienza la venta de bebidas alcohólicas y como dicen algunos posiblemente algo más, como suele ocurrir hoy en día en ese tipo de establecimientos.
Bueno, un funcionario del Palacio de Gobierno dijo al reportero que "pasaba por esa calle a media tarde y me sorprendió ver cómo López Sánchez personalmente atendía a algunos clientes que de manera temprana acudieron quizás a curarse la cruda del día anterior".
Eso es lo de menos, cumpliendo con las normas establecidas cualquiera tiene derecho a abrir un negocio de esta naturaleza. El problema es que se encuentra en un punto que pudiera no ajustarse a las reglas y restricciones, porque efectivamente está casi frente a una institución escolar y ello limita la presencia de cantinas.
Pero no deja de llamar la atención el que figuras de la administración pública que en su oportunidad formaron parte de un proyecto de gobierno responsable de combatir la anarquía, moderar el consumo de bebidas embriagantes y luchar por la tranquilidad social, pudieran ser parte hoy de quienes promueven inversiones de tal naturaleza.
Por cierto, se afirma que una vez más vencido en su trabajo de asesoría en materia de comunicación de la fórmula que encabezó Julio Espín y Maricela Sánchez por la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Javier López se ha reintegrado a la consejería del diputado Rufo Villegas. Bueno, se menciona que ya está tras la asesoría de la bancada panista en el Congreso local. Nosotros lo dudamos porque el coordinador de la fracción, Luis Miguel Ramírez Romero, no lo ve con bueno ojos.
Para él, fue López Sánchez quien le metió en la cabeza al legislador sureño que podía sustituirlo en la coordinación de la fracción y por eso surgió la confrontación interna que finalmente llevó a Rufo a declararse independiente.
El asunto es que Javier López sigue dando de qué hablar. Ciertamente es un personaje polémico; mientras estuvo en gobierno, fue factor de confrontación con más de la mitad del gabinete del gobernador Marco Adame, apoyó la candidatura de su esposa Adriana Rebeca Vieyra por una diputación local en Cuernavaca y salieron mal con el candidato a alcalde Sergio Álvarez Mata. Hoy, se le atribuye ser parte del negocio de los giros rojos en la capital.
Tibieza, mediocridad y nepotismo en el TSJ
Por otro lado, en retroceso se ha convertido el ascenso de Miguel Ángel Falcón Vega como magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia. Su gestión hasta ahora se ha convertido en un ejercicio gris y mediocre de servilismo a los intereses de la administración estatal en turno.
Su promoción también ha servido para convertir el Poder Judicial en una "agencia de colocaciones" de todo tipo de familiares, amigos, compadres y cómplices que sangran el erario público ante la complacencia de algunos de sus compañeros que se conforman con migajas y apoyos extraordinarios a fin de guardar silencio.
Cierto, su antecesor Ricardo Rosas Pérez también llegó a la comisión de excesos en su mandato, pero por lo menos y así fuera por militancia política distinta a quienes detentan el poder en el estado mantuvo cierta independencia y distancia de las órdenes superiores que no siempre iban con el propósito de mejorar la impartición de justicia en Morelos.
Pero Falcón Vega ha caído en el otro extremo con la agravante de que ya lo dominó la soberbia muy característica de mentes pobres y débiles que no soportan ejercer esos niveles de poder público.
Rosas, por lo que llegan a saber, impidió la realización de jugosos negocios por el tráfico de influencias de parte de funcionarios de otras dependencias. Por eso les estorbaba. Miguel Ángel, en cambio, es un instrumento ideal para ello y mucho más.