Esas inconveniencias los han llevado a cometer algunos errores que se reflejan en controversias más allá de su ámbito partidista e incluso impactan negativamente en la imagen del gobierno estatal.
Muy tempranamente -apenas había iniciado el mandato de Marco Adame Castillo-, el senador inició una precampaña por la candidatura a la primera magistratura morelense. Ello ocasionó las primeras inconveniencias entre el mandatario en turno y éste.
Rivera ha venido apoyándose en algunos personajes que para ello colocó en posiciones estratégicas donde la disposición de recursos públicos facilita operaciones político-electorales.
Entre éstas, está la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) a cargo de Oswaldo Castañeda Barrera, un hombre cercano de toda la vida que quiso, sin lograrlo, buscar la presidencia municipal de Cuernavaca en la pasada elección.
Otro espacio es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) cuyo titular es Fidel Giménez Valdez, a quien el senador le ha encomendado poner marca personal al edil capitalino Manuel Martínez Garrigós, cuestionando la legalidad de los proyectos de obra pública en desarrollo como en los casos del segundo nivel de la avenida Plan de Ayala o el distribuidor vial de la glorieta Emiliano Zapata.
Pero sobre todo esta última acción derivó en un conflicto político de altos niveles por la respuesta que a ello dio el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que apretó amenazando con acelerar la denuncia de juicio político en contra del gobernador si no ponía orden y disciplinaba a Giménez Valdez que había decretado una clausura de los trabajos en Buena Vista.
Marco Adame Castillo, en una acción inusual, pidió un encuentro con el alcalde MMG a quien le ofreció desatorar el asunto y todo el apoyo para la ejecución de proyectos de inversión en la capital.
Fue un severo revés a las erróneas estrategias desarrolladas por el grupo de Adrián Rivera que además afectaron la agenda del mandatario estatal y complicaron aún más la relación entre esas corrientes internas del panismo local.
Ante todos estos inconvenientes, se advierte de movimientos que pudieran debilitar las aspiraciones de Adrián y posibilitar el ascenso de algunas otras figuras que se han mantenido a discreción, pero con trabajo intenso, sobre todo en la consolidación de relaciones con panistas del primer plano nacional.
Por ello no es extraña la versión surgida de unos días a la fecha en el sentido de que el ex edil capitalino Roque González Cerezo pudiera sustituir en la delegación Sedesol a Castañeda Barrera.
Por lo que sabemos, es una posibilidad seria que se está negociando en altos niveles, y si llegara a darse, sería un golpe certero a las ambiciones del senador defeño-poblano que ha venido basando sus esperanzas en un supuesto compadrazgo con el presidente de la república Felipe Calderón.
No obstante y dadas las condiciones muy endebles del PAN en el estado, hay quienes estiman que Rivera Pérez sufre un gran desgaste que pondría en riesgo la continuidad panista en el mandato estatal y no descartan otras opciones.
Una de éstas es la del diputado federal y ex edil de Cuernavaca Jesús Giles Sánchez que muy sigilosamente busca cercanía con cuadros decisivos de la cúpula.
Claro, el propio Adame Castillo ha estado promoviendo a algunos de sus más cercanos, entre ellos el secretario de Salud, Víctor Manuel Caballero Solano, a quien desde la misma dirigencia estatal del PAN intentaron "quemar" en una evidencia más de diferencias internas, pero tampoco se descartan otras opciones.
Aunque no se ha hecho público, tenemos elementos para considerar que otro que pudiera montarse en el movimiento electoral hacia una eventual candidatura al gobierno es el secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Demetrio Román Isidoro.
Las señales no están muy claras, los tiempos se aproximan y los aspirantes empiezan a mostrarse cada vez con más fuerza; sin embargo, reiteramos, está latente un conflicto de intereses y a pesar de que Adrián se adelantó en el camino, ya hay otros que le pisan los talones.