Pero en contraparte, aprovechan la oportunidad para irse con todo en contra del presupuesto público, sin rubor alguno se atascan los bolsillos hasta más no poder y transforman los espacios públicos en bolsas de trabajo para familiares y amigos, abundando en el descrédito ante la ciudadanía.
Pero aún en medio de toda esta mediocridad de buena parte de la clase-política, hay aún aquellos que rayan en el exceso del cinismo y la desvergüenza y de esos hay muchos casos, uno reciente, el del ex de Zacatepec, Gustavo Rebolledo, lo que hizo conjuntamente con algunos de sus cómplices fue espeluznante, transformó la comuna en negocio familiar.
Pero qué decir de individuos como los ex alcaldes de Cuautla, Sergio Valdespín Pérez y Arturo Cruz Mendoza, entre ambos le dejaron una comuna en ruinas a su sucesor actual, que ciertamente se las está viendo difíciles para sobreponerse al quebranto.
Los dos tienen sendas denuncias penales por presunto peculado y andan muertos de la risa, porque no hay ley que los alcance, esto sigue siendo un mundo en el que las complicidades lo permiten todo,
Cruz Mendoza, ex edil perredista, para su conocimiento, es actualmente regidor pero ahora por Convergencia, tiene la denuncia SC/3a./194-7/07-03 que no avanza, porque en las instancias públicas responsables de darle continuidad a este tipo de delitos, parecieran estar en complicidad con los presuntos responsables y eso es lo que como municipios, estados o federación nos tiene casi en la orilla.
A él nos referíamos cuando decíamos que hay malos funcionarios y representantes públicos, pero aquellos que llegan al cinismo, porque Arturo, por cierto, dizque doctor de profesión, después de haber sido el Presidente Municipal funge como regidor, seguramente a la siguiente irá de ayudante y después de jefe de manzana en su colonia, es una verdadera degradación.
Sin embargo, el hombre no es tonto, ¿sabe por qué buscó la regiduría? Para desde ahí protegerse y evitar que el proceso en su contra avance, apoyado en partidos como Convergencia, que aquí en Morelos ha desarrollado un papel de comparsa de la derecha, ese es el objetivo de un Jaime Alvarez Cisneros, dirigente de este instituto y actual legislador federal.
Porque de ninguna manera es por necesidad, Cruz Mendoza cuenta con negocios, tiene una clínica y otras empresas que le dan mucho más ingresos que una simple regiduría, pero hay que formar parte de la autoridad vigente para poder estar a salvo de la ley.
Y en lo que compete a Valdespín las cosas no son distintas, cuenta con denuncias muy bien sustentadas por desfalco al erario público, sobre todo en lo relacionado a la compra de un predio en donde se vio involucrado el Procurador General de Justicia Pedro Luis Benítez Vélez, pero anda como si nada en Cuautla, burlándose de las instituciones.
Pero en estos dos casos contó mucho la protección de la Auditoría Superior de Fiscalización que manejaba Gerardo Casamata Gómez, porque siendo de origen perredista, fue el principal protector de Arturo, pero también de Valdespín, porque quería quedar bien con los panistas.
Con casos como éstos ¿cómo no va haber desilusión? Seguimos esperando que se dé un escarmiento y se ponga tras las rejas a alguno de estos ex funcionarios que de plano demuestran la inutilidad de estructuras como la Auditoría Superior cuando se opta por los intereses personales, de grupo y de partidos.
Pero qué se puede esperar, si el propio Casamata está muy cerca de pisar la cárcel, luego de que se venga demostrando que actuó con parcialidad en buena parte de los escándalos protagonizados por ex alcaldes y no gratuitamente, se llevaba su tajada.
Bueno, en tiempos de Noé Sánchez en Temixco, colocó a su esposa en la nómina y cobraba sin trabajar, como cuota por no evidenciar los malos manejos que el veracruzano cometió en esta cabecera municipal.