El directamente implicado en el contrato que costó más de 32 millones de pesos, fue el hoy ex Oficial Mayor Alfonso Pedroza Ugarte.
Uno de los errores de procedimiento fue que Pedroza pagó al cien por ciento el precio de la contratación y ya con el dinero completo, Gemtel no cumplió diversas cláusulas y hasta el momento las redes suelen seguir siendo inoperantes.
La Secretaría de la Contraloría General de Gobierno inició el procedimiento correspondiente en contra del funcionario antes mencionado y de los empresarios y llegó a niveles de inhabilitación, sin embargo, hoy sabemos que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo está determinando que no procede sanción alguna contra Pedroza.
La titular de la Contraloría, Patricia Mariscal Vega, hizo un gran esfuerzo por lograr la aplicación de la ley, asunto que le representó serios inconvenientes, al principio fue objeto de llamadas telefónicas que amenazaban con hechos en su contra si no desistía.
"Peces gordos" entraron a quite en favor del ex Oficial Mayor, para empezar, su asesor legal fue o tal vez siga siendo el controvertido Diego Fernández de Ceballos, quien de entrada maniobró y alargó el proceso legal a fin de que Pedroza pudiera jubilarse y así lo hizo. Hasta donde sabemos, está recibiendo por este concepto más de 60 mil pesos mensuales, es decir, lejos de castigarlo salió premiado y el hombre puede ya no trabajar en la administración pública, de todos modos con nuestros impuestos seguirá cobrando hasta morir.
Lo anterior parece una muestra de cómo la impunidad se sigue dando en extremo y quienes cuentan con protección de aquellos que ejercen el poder público, pueden caer en excesos y delitos graves sin ser sancionados.
Nos consta, por relación personal con Mariscal, que actuó con honestidad aún a sabiendas de que se enfrentaba a grupos de poder poderosos y por lo menos empujó hasta donde le permitieron sus facultades como contralora, pero siempre habrá espacios en los que es posible maniobrar y eso parece haber ocurrido, actuando así ¿cómo vamos acabar con la delincuencia? Porque también existen los delitos de "cuello blanco".
ALTERNANCIA POLÍTICA, EL COSTO
Por otro lado, es natural que cada sociedad, estado o país mantengan una lucha constante por la democracia y la libre determinación, sobre todo en materia política y de ejercicio del poder, cuando no se tiene.
En nuestro país todavía hay quienes siguen festejando -especialmente quienes ganaron la elección del 2000- la alternancia en los mandos superiores de Gobierno y de ahí prácticamente a todos los demás niveles.
Cierto, siempre será mejor tener la posibilidad de elegir con mayores libertades a quienes nos representen, ya sea a nivel de municipios, congresos, gobierno estatal o federal, pero todo indica que esta diversidad y pluralidad de autoridades es a su vez un obstáculo para poder avanzar.
Sobre todo en este 2011, año eminentemente pre electoral vamos a empezar a observar movimientos y campañas públicas de actores políticamente contrarios, que buscarán hasta el límite de sus capacidades, desacreditar a los adversarios, a aquellos que puedan tener posibilidades de aspirar a cargos de representación popular que ellos mismos pretenden.
Si son autoridades formales, las embestidas serán con mucha más fuerza, incluso buscarán obstaculizar cualquier acción o inversión que pudiera representar un atractivo social, sin importar que ello va directamente en contra de la propia comunidad o sociedad en general.
Ya lo vimos en el caso del alcalde capitalino Manuel Martínez Garrigós, el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el estado, Fidel Jiménez, por influencia de algunos políticos de su grupo, trató de impedir la construcción del distribuidor vial en la glorieta de Emiliano Zapata.
Se hizo lo mismo cuando se proyectaba el segundo nivel en Plan de Ayala y las presiones no cesan respecto a la repavimentación de la avenida Morelos sur, son sólo ejemplos mínimos del desinterés de algunos políticos por el bien colectivo, primero están sus intereses y ambiciones, sus compromisos son pura demagogia.
