Ciertamente que quienes ingresan a la capital del estado por la parte sur, debieron soportar sendos conflictos de tráfico, sin embargo, toda acción de esta naturaleza tiene sus repercusiones, pero al final vale la pena. No podemos seguir atados a un esquema estructural de Cuernavaca que refleja un rezago histórico.
El estado mismo vive en gran medida de la atracción turística, la belleza natural, que se ha perdido en parte por la depredación humana, necesita remediaciones y ante ello hay que darle vida con mejoras que sean un aliciente a quienes nos visitan, propios y extraños.
Decimos esto porque hay voces, sobre todo del sector comercial, que rechazan la continuidad de los trabajos de la glorieta Las Palmas, hacia el centro, por esa misma avenida.
Por supuesto que son ellos los que más afectaciones tienen por el descenso en las ventas de sus negocios, pero a mediano y largo plazo seguramente los podrán recuperar con creces, hay que hacer a un lado los intereses políticos, partidistas y permitir la evolución de una metrópoli que ha recibido muy poca atención en décadas y que ello es en mucho, responsabilidad compartida de autoridades anteriores y ciudadanos, porque éstos últimos, en buena medida, lejos de facilitar las cosas, las impiden, por las razones que sean.
Imagínese toda la avenida Morelos, desde el Polvorín hasta Buena Vista, revestida con concreto hidráulico y mejorada en su entorno, es algo que incluso cuesta mucho dinero, pero que ofrece muchos más años de vida útil y es muy posible que por las resistencias de algunos sectores ciudadanos se cancele.
La ciudad necesita urgentemente estructuras modernas, especialmente en vías de comunicación, de otra manera seguiremos entrando en rezago frente a ciudades de estados vecinos que muestran una transformación permanente.
¿Qué en algunas ocasiones hay que sacrificar algo? Seguramente, pero es por el bien colectivo y porque las generaciones futuras merecen que les heredemos servicios de mayor calidad y el rechazo a este tipo de obras no abona en nada a ese propósito, pero usted tiene la palabra.
TEMIXCO, ¿LOS NEGOCIOS?
En otro orden de ideas, haremos referencia a algunos correos recibidos de ciudadanos del Municipio de Temixco, de quienes omitiremos los nombres, por la delicadeza de la información en relación a lo que viene ocurriendo al interior del Ayuntamiento.
Se menciona en primer término, que hay una especie de monopolio en el control de acciones que recae en tres o cuatro funcionarios con mucha cercanía con el Presidente Municipal Nereo Bandera Zavaleta.
Se refiere que en las principales cabezas en esta concentración del poder se encuentran Dante González, titular de Servicios Municipales; Rogelio Torres Navarrete, de la coordinación de asesores; y Jorge Lagunas González, también del área de asesores.
Como suele suceder muy frecuentemente, a través de diversas empresas creadas al amparo del poder público, se estarían beneficiando con contratos de obras municipales y prestación de servicios para capitalizar los recursos del erario público.
Se señala la creación de la empresa INFRA, propiedad de Rogelio, igualmente de AGA, que incluso corresponde a las siglas de la esposa de Jorge Gutiérrez Ruiz, Director General de Normatividad municipal, de nombre Angélica Guerrero Anta.
Lo delicado es que los quejosos sostienen que buena parte de los miembros del cabildo saben de todos estos negocios tras el poder y no hacen mucho por desmantelarlos o en su caso denunciarlos, porque hay beneficios colaterales.
La cosa se pone cada vez más complicada, porque también hay una enorme red de consanguinidad en quienes ocupan los principales cargos públicos en la comuna, ellos están provocando reacciones en cadena hasta de grupos afines al Partido Revolucionario Institucional.
Ayer mismo algunos inconformes advirtieron con empezar a articular un movimiento de protesta para exigir al edil control y autoridad, porque aquello está muy descompuesto y ya aparecieron los negocios de quienes van con el fin de asegurar su futuro económicamente a sabiendas que hasta ahí llegaron.