Los de enfrente, tanto panistas como perredistas, parecieran no reaccionar. En el caso de los amarillos, siguen inmersos en una profunda división que amenaza con alejarlos de la posibilidad de volver a las grandes ligas con buena representación en el Congreso, alcaldías y legislaturas federales.
Fue muy evidente la ausencia del senador Graco Ramírez Garrido en el evento que encabezó el pasado fin de semana en Morelos el ex aspirante presidencial del PRD en el 2006, Andrés Manuel López Obrador.
Eso únicamente confirma que están enfrentados a muerte y van por caminos diferentes hacia la elección del año que viene, o sea, las huestes de izquierda no van en un solo frente; se van a dividir el voto entre ellos.
Respecto a los azules, tampoco observamos reacción de la dirigencia estatal encabezada por Germán Castañón Galaviz; buscó jalar la atención en su oportunidad sumándose a la crítica y presiones en contra del presidente municipal Manuel Martínez Garrigós, pero ya se le agotaron las banderas y no se ve por ningún lado.
Es decir, en estrategia la nueva dirigencia estatal de Amado Orihuela Trejo en el tricolor parece muy funcional; les ha dado sendos golpes a los enemigos, y todo lo anterior se reflejará en el proceso de elección en formación.
Bueno, Rufo ingresó al Poder Legislativo como diputado de Acción Nacional, tuvo muchas diferencias con el coordinador de la fracción, Luis Miguel Ramírez Romero, y se declaró independiente aunque ya desde entonces se observó un amarre con los priistas.
Por cuestiones de estrategia, la adhesión formal se dejó para un mejor momento y ahora se concreta para llegar a 16 representantes del Revolucionario Institucional.
Hace menos de dos semanas hicieron lo propio regidores del Partido Verde y de Convergencia y hay señales en el sentido de que en breve serán más estructuras de otros partidos las que pidan refugio en el PRI.
De la legitimidad y liderazgo de una dirigencia dependen muchas cosas; en su momento lo dijimos. A nuestro juicio fue un error político el haber permitido la reelección en el CDE del PAN de Germán Castañón Galaviz. El hombre venía muy golpeado de finales del sexenio de Sergio Estrada Cajigal; se le atribuyó participación en la venta de cerca de tres mil concesiones de taxis y además fue ya como dirigente absoluto perdedor de la elección local del 2009. Sólo hay que recordar que los panistas tienen únicamente cinco diputados locales y unas cuantas alcaldías, las más pequeñas.
Con estos antecedentes no se podía ratificar a alguien, si es que las aspiraciones eran darle la vuelta a la página y remontar la adversidad. Desconocemos qué les pasó a los panistas.
Por el lado del PRD, las cosas no son distintas. Luis Ángel Flores Bustamante tampoco entregó buenas cuentas, pero además nunca ha logrado mejorar el liderazgo porque es un personaje que atiende a los intereses del senador Graco y ese solo hecho lo pone en contra de muchos que no quieren ver ni en pintura al tabasqueño.
A este partido le esperan sus peores momentos porque las bases no van a jalar con una estructura partidista nacional que continúa mostrando una entrega total a los intereses de la derecha. Se van a dar con todo entre ellos y lo vamos a ver en la elección del Estado de México.
Por todas esas inconveniencias es que el PRI pareciera caminar en aguas tranquilas, sin mucha resistencia al frente y con la ventaja de que no es un partido en el poder estatal, acaso en Cuernavaca y la mitad del resto de los municipios, pero el nivel de desgaste aquí suele ser menor.
Para pegarle al tricolor, los panistas y perredistas le van a continuar buscando errores a la administración municipal de MMG, pero aquéllos tienen a un gobierno estatal que se aproxima a su fin y por lo tanto, su mayor debilidad, contarán con muchos flancos para sacar ventaja, porque a pesar de lo que sea, la batalla en serio se dará entre PRI y PAN; el PRD se situará muy detrás.