Mucho se ha escrito respecto al tramo segundo que corresponde a cuatro caminos, al oriente del estado, en su conexión con la autopista del Sol a la altura de Tequesquitengo, en una longitud cercana a los 63 kilómetros.
Su ejecución requeriría de mucho más tiempo del que falta para que termine este sexenio. Por eso es de considerar que el tema se irá quedando en el escritorio. El espacio se reduce progresivamente.
Y que decir del famoso libramiento norponiente de la ciudad de Cuernavaca; es otro tema recurrente desde inicios del Gobierno de Sergio Estrada Cajigal. Más aún, en aquel entonces la Federación, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hasta destinó lo que le llamaron un "capital semilla" de mil 600 millones de pesos para apoyar el inicio de la obra y ni así fue posible hacer nada.
Hay pues una serie de compromisos que se vienen quedando en el tintero y que difícilmente podrán desatorarse. Mientras agrupaciones de camioneros de acarreo de materiales siguen reclamando trabajo, la mayoría están parados; no hay dónde contratarlos.
Claro, el dinero que viene de la Federación tarda mucho en liberarse. Hay algunos programas cuyos fondos son enviados en la segunda mitad de cada año. Por eso las obras deben terminarse ya muy entrado el siguiente.
Pero de todos modos, se aprecia bastante lentitud en la asignación de obra pública y esto se irá complicando cada vez más a medida que nos acercamos al irremediable final del periodo de seis años del Gobierno.
Se espera que en dos o tres semanas más se comiencen los trabajos del boulevard Cuauhnáhuac, en una especie de cirugía mayor, porque esta vialidad que comunica a Cuautla queda prácticamente intransitable después de cada temporada de lluvias, porque hace mucho que sólo se le aplican remiendos y bacheo que no resisten los torrenciales aguaceros y menos el inmenso tráfico que circula en esa arteria.
En puerta no vemos pues más que esta inversión, así como el libramiento Libertadores de Cuautla y el Apatlaco de Temixco, pero eran muchos más los anuncios que se llegaron a hacer en su momento.
Nosotros nos seguiríamos preguntando, ¿y qué pasó con el puente vehicular Apatlaco? Porque se insistió en la construcción del puente volado a la altura del Polvorín, que comunicaría a la capital estatal con la loma que se encuentra frente a San Antón.
Tuvimos oportunidad de conocer el diseño y en el plano era impresionante: son tres carriles de cada lado con un enorme camellón en medio, porque sería el primer paso para la edificación de una nueva metrópoli en aquella parte sur de la capital del estado. Pero es otro de los sueños que tampoco se harán realidad, no por lo menos en la actual administración.
Con todo lo que ha pasado en torno a la inseguridad, el Gobierno estatal y su partido necesitan muchos más activos para poder considerar la posibilidad de mantener el poder público estatal a partir del año 2012.
Como dice aquella frase, "obras son amores", y si no se le apuesta a grandes proyectos en los ocho meses que le resta al presente, la situación se complicará.
Se supone que la ampliación a cuatro carriles del tramo de la autopista La Pera-Oaxtepec ya estaba aprobada; sin embargo, tampoco hay señales de comienzo y aquello sí que es indispensable, porque hay dos carrilitos inservibles cuando se intensifica el tráfico, sobre todo de camiones pesados que vienen de Puebla o Veracruz con rumbo a la capital del país.
Incluso, seguimos pendientes de la conexión con el Estado de México a la altura de Fierro del Toro en el municipio de Huitzilac, porque aquella entidad ya hizo la parte que le correspondía; falta Morelos.
A menos que se trate de alguna estrategia muy bien calculada a fin de acelerar todas las inversiones cuando ya esté próximo el periodo electoral del 2011. De otra manera, no entendemos tanta calma.