Fue él quien inició la retirada, luego de las derrotas del 2000, cuando fue uno de los primeros en irse de la casa, para buscar refugio con el vecino de enfrente, que accedió a incluirlo, por algunos antecedentes de relación mutua.
Pero buena parte de sus ex compañeros de militancia no pueden olvidar que pertenece a una corriente política que traicionó a su propio partido en aquella elección polémica en la que perdieron la alcaldía capitalina en 1997 y fue la antesala de las derrotas totales tres años más tarde.
Claro, tampoco JMB fue el único en saltar del barco cuando se hundía, muchos otros lo hicieron, ahí está un Juan Salgado Brito que trabaja hoy para un movimiento impulsado por el ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador y a nivel de cuadros y líderes menores, la fuga fue casi total, unos cuantos aguantaron casi una década para regresar desilusionados de otras experiencias.
Pero la diferencia es que un Juan Salgado, que sepamos, nunca ha regresado a tocar la puerta del tricolor reclamando algo que ya no le corresponde, como en el caso de Jorge Morales.
El hombre ha insistido en que nunca dejó de militar en tal instituto, pero hay testimonios que revelan lo contrario y dan fe de que hizo campaña fuerte en contra del PRI en el 2006.
Unos siete u ocho meses después de que el gobernador Marco Antonio Adame Castillo asumió el cargo, uno de sus secretarios de despacho nos invitó, al que esto escribe y otros dos compañeros del medio periodístico, a desayunar.
Ahí nos platicó algunos de los antecedentes que vivieron durante el proceso de la campaña electoral, y dijo, "no se en qué forma participó el resto de los miembros del gabinete, pero Jorge Morales Barud, Víctor Manuel Caballero Solano y Rafael Tamayo Flores lo hicimos muy coordinados".
"Le presentamos a Marco muchos empresarios, Jorge le arrimó sobre todo líderes campesinos de la región sur que influyeron en los resultados y finalmente todo salió bien".
Luego relató que "cuando ya le entregaron la constancia de mayoría, a diario nos comunicábamos", la pregunta era, ¿qué pasó, ya te llamó el gobernador electo, porque a mí todavía no", finalmente todos quedamos incluidos, concluyó el actual Secretario.
Claro, fue una acción muy subterránea y cuidadosa para no evidenciarse, sin embargo, todo trasciende y confirma que las posiciones que le dieron tuvo que ganarlas llevando votos, nada es gratuito. Claro, el Secretario nunca mencionó que para tal efecto dispusieron de una bolsa económica bastante interesante.
Y es que todavía para la elección del 2006 nadie daba un cacahuate por el PRI, estaba casi desaparecido, su representación en el Congreso local era de uno o dos legisladores por la vía plurinominal.
Fue hasta las cercanías del 2009 cuando se comenzó a observar una recuperación, porque fue la plataforma que logró capitalizar la mayor parte del descontento generado a partir del Movimiento Magisterial de Base.
Esa victoria en la mayor parte de las presidencias municipales, sobre todo la de Cuernavaca, el ganar las 15 diputaciones locales de mayoría y todas las federales mostró que venían de regreso.
Actualmente el mismo partido en el poder, el PAN, anticipa que la lucha o el enemigo a vencer en la justa que se aproxima es el tricolor y por eso aquellos que se fueron, a quienes muchas veces invitaron a regresar a casa cuando las cosas estaban mal y no lo hicieron, intentan volver por la puerta grande, parece que es ya muy tarde, los espacios están ocupados y como antaño, les faltan candidaturas para poder darle participación a todos aquellos que forman largas filas, incluyendo algunos a quienes ya se les fue el tiempo.