Pero las cosas no les van a resultar nada fáciles, por el lado que veamos, hay un bajo nivel de productividad de los actores de la vida pública y política, en no pocos casos se ha caído en el descrédito y a estas alturas nos encontramos ya en la ruta de rendición de cuentas ante el elector, que finalmente es el juez más severo a la hora de ir a las urnas.
La realidad es que no hay mucha tela de donde cortar y en todos los partidos, los poderes públicos o niveles de Gobierno, la desilusión colectiva crece porque las cosas hacia los gobernados han estado bastante mal y esto suele ser factor decisivo en el momento en que niega o acepta dar su apoyo a quienes viven del presupuesto público.
A nivel de la Presidencia Municipal de Cuernavaca, por ejemplo, se menciona que hay regidores que vienen "sembrando" comerciantes por todos lados, es decir Galerías, la Luna, el centro histórico y otros sitios, en busca de generar un buen grupo que les ayude a justificar la petición a su partido de una nueva candidatura, tal vez a legislador local.
Es realmente penoso que tengan que llegar a estas acciones que van en contra de las normas públicas, sólo porque no estuvieron a la altura de las circunstancias y no han aportado nada valioso en la comuna como para ser merecedores de otra posición electoral.
Y andan en las mismas los regidores de todos los partidos, algunos han buscado notoriedad como opositores al alcalde Manuel Martínez Garrigós, pegándole en los medios de información, como una manera de estar presentes, pero de ninguna manera es con base en un compromiso contraído en la justa electoral anterior.
Pero tampoco en el Congreso local las cosas andan bien, buena parte de los legisladores admiten que el nivel de rendimiento en estos ya cerca de dos años no ha sido el esperado por los representados y tampoco están en el mejor momento como para exigir continuidad.
Sin embargo eso no los desanima, son tan fuertes los intereses que comienzan a generarse cuando incursionan en el ejercicio público, que nadie los hace razonar y entender que en la oportunidad que se les dio fracasaron y lo mejor será que se dediquen a alguna cosa productiva.
Y es que debe ser algo maravilloso ejercer poder público, eventualmente dar a los demás de lo que no nos pertenece, porque el presupuesto que manejan es dinero del mismo pueblo, ser aplaudidos por quienes gustan de la zalamería y tener la vida económica resuelta por lo menos durante tres años.
Pero ese tipo de representaciones debería ser para mentes lúcidas y capaces de intentar por lo menos cambiar las cosas en este país o en este estado, que en muchas ocasiones parece que se nos van de las manos.
Son muy pocos políticos en verdad los que merecen seguir en las nóminas gubernamentales, la absoluta mayoría han sido hasta hoy prácticamente parásitos del recurso público y lo menos que puede pasar, es que con la fuerza del voto, el pueblo los envíe a la congeladora y de manera definitiva.
Pero ya escuchamos sus voces, vemos en la vía pública algunas de sus figuras que como lapas, buscan meterse al proceso electoral de la manera que sea.
En buena medida se trata de personajes que nunca se han dedicado a nada productivo y aunque hayan sido egresados de universidades, jamás ejercieron sus profesiones y cayeron en la obsolescencia, de tal manera que su único "modus vivendi" ha sido cobrar en nóminas de la administración pública.
Todavía tienen un pequeño lapso de tiempo para intentar sacarse la espina, en lo que respecta al Poder Legislativo, sacando muchas iniciativas que se encuentran en rezago, en el Gobierno estatal acelerando el desarrollo de obras e inversiones y en los ayuntamientos, resolviendo tantas necesidades que tienen los pueblos y comunidades.
Una cosa es segura, más de la mitad de esos cuadros que hoy tienen alguna función relevante en las estructuras de poder municipal, estatal o federal, se quedarán sin nada a partir de la elección de julio del 2012 y volverán a ser mundanos, humildes, lo saludarán de nuevo, porque en este momento se sienten en las nubes y hasta a su familia desconocen.