Personajes otrora importantes como el senador Sergio Álvarez Mata, el ex coordinador de Asesores y Comunicación Política Javier López Sánchez, su pareja Adriana Rebeca Vieyra, por citar algunos, ya no son garantía siquiera de competencia electoral, mucho menos de triunfo. De tal manera que a medida que se acerca el proceso de elección de candidatos, son la mayor parte de quienes integran el gabinete del gobernador Marco Adame Castillo los que parecieran casi obligados por las circunstancias a participar.
Claro, ya algunos por iniciativa propia han estado trabajando muy sigilosamente en la integración de grupos de apoyo y redes sociales por aquello de las dudas, pero algunos más pudieran ser incluso llamados por el partido y quienes toman las decisiones en esa materia.
Es muy posible que Adame Castillo acabe con un equipo de colaboradores casi de emergencia, porque en efecto buena parte de los funcionarios de primer nivel tiene muchas posibilidades de contender por algún cargo de elección popular.
Enumeraremos a quienes ya se han apuntado, empezando por el secretario de Gobierno, Oscar Sergio Hernández Benítez; nadie sabe con precisión cuál es su aspiración, pero ya tiene armado todo un equipo de enlace con medios de información para el momento que se requiera.
El secretario de Finanzas y Planeación, Alejandro Villarreal Gasca, está haciendo lo propio y, de entrada, busca cercanía con el sector empresarial, que es su primer contacto derivado del cargo que desempeña, a fin de pelear la gubernatura.
El titular de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Demetrio Román Isidoro, a quien le deseamos pronta recuperación moral por el desafortunado deceso de su hija, busca la candidatura al gobierno estatal mediante la relación directa con la gente a partir de inversiones de desarrollo.
El secretario de Desarrollo Agropecuario, Bernardo Pastrana Gómez, no precisa a dónde quiere ir, pero en su oportunidad dijo a reporteros que "no sé a qué, pero sé que iré a alguna candidatura".
Y a pesar de que se mueven con mucho cuidado quizás para no exponerse al desgaste, el secretario de Turismo y el de Salud, Hugo Salgado Castañeda y Víctor Manuel Caballero Solano, también van por lo suyo. No se descarta incluso que alguno de ellos fuera por la gubernatura y el otro por la alcaldía de Cuernavaca.
Y sin que hasta el momento haya expresado alguna intención electoral, el secretario de Desarrollo Económico, Rafael Tamayo Flores, tiene las mismas o mayores posibilidades que el resto de sus compañeros para ser considerado en el sorteo de candidaturas.
De todos los anteriormente mencionados, hay tres o cuatro con mucho contacto ciudadano, el titular de salud, el de obras públicas y el propio Tamayo, por cientos de apoyos distribuidos en los distintos niveles de empresas en desarrollo.
Decimos que el hombre no ha dicho "esta boca es mía", pero está en el ánimo, sobre todo de los empresarios. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) realiza encuestas en relación al desempeño de los integrantes del gabinete de gobierno, y mire que por lo menos en la última Tamayo fue el segundo mejor calificado con el 89 por ciento, sólo superado por Hugo Salgado que sacó el 92 por ciento; pero en un promedio general de conceptos, fue el mejor con 3.09 por ciento. De ahí que consideremos que el partido o el mismo gobernador podrían promoverlo.
Pero el caso es que de llegar a concretar sus aspiraciones, seis o siete secretarios de despacho tendrían que renunciar a sus respectivos cargos para contender en la justa electoral del año venidero.
Son además los más cercanos a la figura de MAC quienes le han dado algunos resultados interesantes en el cumplimiento de metas establecidas por el mandatario estatal.
Sería un final de sexenio con mucha improvisación, aunque ya a esas alturas es poca la atención que se presta a los quehaceres de la administración saliente, pero es algo poco usual. Suelen ser dos o tres funcionarios públicos los que pueden ir a una elección como ésta. El asunto aquí se da por la pobreza actual de cuadros panistas.