En estos momentos, son diferentes las facetas que presentan cada uno de ellos, pero sus movimientos se reflejarán necesariamente en los resultados de julio del año venidero.
El panismo, por lo menos en Morelos, lo que necesita realmente es partido. Estos ya once años de ejercicio del poder casi total no les fueron suficientes para consolidarse como instituto político; presentan muchas debilidades estructurales.
Reiteramos: es en la práctica un partido regional con mayor influencia en zonas como Cuernavaca, pero aun aquí donde está la "cueva del león" no se observa solidez.
De cualquier manera, a estas alturas no les da para más y con las armas que tienen deberán ir al enfrentamiento constitucional, porque además ya renovaron su dirigencia estatal reeligiendo en la Presidencia del CDE a Germán Castañón Galaviz a pesar de que, al igual que los perredistas, perdieron estrepitosamente la elección intermedia del 2009.
Ellos por lo menos no están ante el riesgo de una confrontación en su interior, aunque tampoco está descartado que a la hora de elegir a sus candidatos "se agarren del chongo".
Tocante al PRD, se encuentra en un difícil dilema. Los tribunales electorales, desde sus más altos niveles, le demandan renovar los nombramientos más importantes. Ello lo ha metido en una dinámica de lucha por esas posiciones, porque pudiera darse el caso, en lo que toca a Morelos, que ratificara al actual presidente pero también puede ser que no, y ya hay dos apuntados para la Presidencia y la Secretaría General. Uno de ellos es el ex alcalde de Temixco, Javier Orihuela García; el otro, Fernando Pacheco Godínez. Por cierto, parece que es la propuesta del senador Graco Ramírez.
Las instrucciones legales van en el sentido de que legitimen los relevos al corto plazo. Habrá que ver cómo salen de ésta, porque ya se les está juntando con el nombramiento de fórmulas electorales.
Lo curioso, ateniéndonos a los antecedentes históricos, es que es el Revolucionario Institucional el que, sin mucho escándalo ni controversia, logró primero armar 907 nuevos comités seccionales y ahora también a los integrantes del Consejo Político Estatal. Más aún, andan muy confiados por estos logros, y no es para menos; desde que tenemos memoria, para poder cambiar a los principales mandos era necesario ir a una guerra abierta entre ellos, que los dejaba menguados.
Quién no entiende que fueron ellos mismos los que cavaron su tumba en las elecciones del 2000, sentando las bases para que los panistas se adueñaran de todo desde la Presidencia de la república.
Por eso es de destacar que el actual dirigente, Amado Orihuela Trejo, obtuviera un proceso en paz que debe ser incluso motivo de preocupación de amarillos y azules, ya que en buena medida le vienen apostando a un fuerte conflicto de los priistas para poderse acercar algo más en las tendencias del momento que les son desfavorables.
Claro, tampoco podemos descartar que esto se dé a la hora de la distribución de espacios, pero por lo menos han dado un paso importante en un proceso en el que esperan regresar a Los Pinos y al Palacio de Gobierno en Morelos.
No obstante, también presentan ciertos puntos frágiles. Uno de éstos, que para la absoluta mayoría de electores, por lo menos aquí en Cuernavaca y el área conurbada, es que sólo llevan a dos en busca de la gubernatura, Manuel Martínez Garrigós y Amado Orihuela Trejo. Esto pone a los dos políticos de frente para aquéllos que vienen pegando con todo.
No es casual que el ex titular de la Secretaría de Turismo, Marcos Manuel Suárez Gerard, quien hace campaña hacia la comuna capitalina, comenzó a cuestionar el trabajo de MMG.
Claro, el hombre no tiene nada de que presumir porque su paso por esa dependencia fue mucho más que gris; ésa fue una de las razones por las que fue removido. Sin embargo, como muchos otros, quiere regresar al ejercicio del poder y le apuesta al olvido de la gente el personaje en cuestión. Pero como él otros van a seguir el mismo camino, buscar desgastar la imagen de los seguros candidatos.