Bueno, hoy presenciamos una lucha férrea entre dos agrupaciones, la CTM y el Nuevo Grupo Sindical, por los mismos motivos: la adjudicación de millonarios contratos de obra de los que se obtiene jugosos beneficios y sobre todo se ofrece oportunidades a cientos de sus agremiados que igualmente exigen coparticipación en el trabajo.
Pero los dirigentes del NGS fueron en su tiempo parte misma de las estructuras de la CTM; buscaron la integración de un frente sindical distinto a partir de la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder estatal.
El líder moral del NGS, Bulmaro Hernández Juárez, contó con la suerte de ser amigo cercano de quien a inicios del gobierno de Sergio Estrada Cajigal asumió el cargo de subsecretario del Trabajo -aún no era Secretaría- Hugo Ayerdi Torres. Éste desde esa dependencia trabajó muy de la mano con Hernández Juárez y a través de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA) hizo todo lo que en sus manos estuvo para echarle la mano a su amigo. Este apoyo se fue extendiendo hacia otros escenarios. Uno de ellos fue la construcción, y efectivamente el NGS casi por arte de magia era el ganador de la absoluta mayoría de los contratos de obra que se licitaban.
Todo esto fue muy hábilmente aprovechado para ir ampliando y fortaleciendo la organización de parte de sus dirigentes, y llegó un momento en que superaron con mucho a la otrora poderosa CTM que antes del 2009 mostraba su mayor debilidad.
Y es que por conveniencia muchos camioneros optaron por abandonar a la CTM y refugiarse en el NGS porque veían que por este lado tenían trabajo; pero con el resurgimiento del PRI en las elecciones locales del 2009 los cetemistas volvieron a respirar un poco y equilibrar fuerzas. Hoy podemos sostener que vienen de regreso y si en el 2012 el tricolor recupera el poder, quienes no tendrán oportunidades de nada serán los otros.
El cetemismo se queja hoy de un favoritismo hacia sus adversarios gremiales; se olvida que durante 71 años fue dueño de casi todo y no compartía intereses con nadie. Pero eso tampoco significa que lo que ahora está pasando sea correcto. No es nada nuevo que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) hubiera manipulado la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCyA) para favorecer al NGS. Hay antecedentes que refuerzan esta teoría.
Se puede afirmar sin mucho margen de error que el delegado estatal de la SCT, Fidel Jiménez, vomita todo lo que huela a PRI. Recordemos que intentó clausurar los trabajos de construcción del distribuidor vial Emiliano Zapata porque políticamente no era conveniente que el alcalde capitalino, Manuel Martínez Garrigós, concretara el proyecto.
Aquí el joven alcalde contó con el respaldo de su partido para obligar al gobierno del estado a que "invitara" al delegado a mantenerse al margen, pero el señor estaba dispuesto a todo con tal de sabotear los trabajos a MMG.
Pero igualmente fue el artífice de la frustrada construcción del segundo nivel en la avenida Plan de Ayala, primer gran proyecto planteado por el presidente municipal. Por eso aseguramos que en algo tienen razón los cetemistas: esta adjudicación de contrato a favor del NGS debe tener mucha cola detrás.
Es de considerar que lo más grave del conflicto ya pasó a pesar de que el gobierno estatal y la misma federación, vía la SCT, han sido complacientes con el Nuevo Grupo. La CTM sabía que con estos actos de fuerza los obligaría a cederle un tanto por ciento de la obra antes mencionada como ya ocurrió.
Lo mejor de todo es que los trabajos se reanudaron. Se trata de un trayecto carretero estratégico que se ponía en riesgo. Como sea, se impuso la cordura y ahora a trabajar y olvidar rencillas, golpes y agresiones; tienen que acelerar el paso porque se llevaron más de un mes con los jaloneos que provocaron una pérdida millonaria a los impulsores de la inversión.
Su origen es el mismo.