Son media docena de "suspirantes", los más cercanos a lograr el objetivo, el diputado local y coordinador de su fracción, Luis Miguel Ramírez Romero, el subsecretario de Ingresos del Gobierno estatal Oscar Cano Mondragón y el ex secretario de Turismo Marcos Manuel Suárez Gerard.
Hay otros tres apuntados, considerados como "externos", sin embargo, pensamos que si en esos seis va a quedar la elección interna, entonces de los tres mencionados saldrá el "bueno".
De hecho, son los que vienen haciendo precampaña desde hace buen rato, sobre todo Luis Miguel y Suárez Gerard, Oscar Cano no ha tenido mucha oportunidad, porque desde su cargo es difícil, lo acusarían de usar recursos públicos para ello y desde enfrente están observando cualquier movimiento sospechoso.
El asunto es que por fin dan señales de vida, parecía que bajaban la guardia mucho antes de ir a la contienda, no obstante tampoco les será nada fácil recuperar la capital del estado, porque hasta donde nos quedamos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantenía cierta delantera, especialmente en lo que se refiere a partidos.
Y de los tres que consideramos punteros en esta búsqueda, dentro de la administración pública estatal se siente cierta preferencia por el subsecretario Cano, Luis Miguel no es mal elemento, pero tiene algo en su contra, lo consideran parte del grupo cerrado conocido como "La Sagrada Familia", factor sustancial para las recientes derrotas de Acción Nacional.
Él tiene familiaridad política con el ex alcalde José Raúl Hernández Ávila y para muchos es algo que en su oportunidad le pesaría, de ahí que los dados se sientan cargados hacia el subsecretario.
Si bien es cierto que como partidos políticos los azules aparecen abajo de los tricolores en las encuestas, también priva el hecho de que éstos no cuentan con cuadros fuertes, alguna figura que garantice votos y falta lo más difícil por resolver entre los priistas: la elección de su candidato.
Se ha estimado que quien mayores posibilidades de triunfo representaría en este momento sería el ex panista Fernando Martínez Cué, porque ha ganado algunas elecciones de mayoría, con mucho margen, contendió en el 2006 por la gubernatura y en el 2009 ganó la diputación local por el PRI.
Sólo que hasta hoy viene apuntándose por la gubernatura ahora de este lado y no piensa contender por Cuernavaca, será cuestión de alguna negociación entre los que buscan la primera magistratura.
Al PAN le urge rescatar Cuernavaca, sin ello difícilmente podría conservar la gubernatura, están obligados a dar la batalla, pero no se nos antoja que éstos seis sean lo mejor que tienen.
Más aún, si las tendencias indican que en lo relacionado a la gubernatura están perdidos, lo mejor sería pensar en la capital del estado, para intentar el regreso al primer plano en una elección próxima, pero para eso se requiere de una figura política de peso. Hemos insistido mucho en el secretario de Salud Víctor Manuel Caballero Solano, desde nuestro punto de vista sería el único que los podría salvar de otra estrepitosa derrota.
Tienen otro lado bastante flaco, las estructuras del partido están muy aletargadas, esa es una queja insistente de todos aquellos que buscan cargos de elección popular, el llamado CDE sólo tiene cierta presencia en esta capital, al interior del estado están prácticamente desmantelados, la pregunta de ellos mismos es ¿por qué? Finalmente son el partido en el Gobierno, pero no lo han sabido aprovechar.
Y lo estamos viendo, son los aspirantes quienes haciendo un esfuerzo, comienzan a moverse, esta pasarela es una forma de llamar la atención, atraer los reflectores y empezar a meterse en la mente de los electores.
Hace mucho que el PRI está trabajando intensamente como institución, agarraron de pretexto la reestructuración interna para desplegar anuncios espectaculares en distintos rumbos del estado, realmente se trata de una campaña inteligente que gana terreno a sus adversarios más fuertes: panistas y perredistas. Los perredistas hicieron lo propio con la elección de sus consejeros, pero los azules no se observan por ningún lado y en política todo cuenta.