Sin duda es una verdadera maravilla lo que nuestra tierra produce, hay ejemplares para satisfacer los más sofisticados gustos por la belleza natural y el paisaje.
Es apropiado para reflexionar respecto a nuestro entorno cercano, una muy interesante cantidad de especies, tanto animales como vegetales se producen en Morelos, tanto, que en algunos rubros es primer lugar nacional y genera interesantes dividendos económicos para quienes se han dedicado a esta actividad.
El caso es que para nuestra entidad, pareciera ser la puerta de salida para un sector que se ve cada vez más atrincherado por los desenfrenados desarrollos, pero habitacionales, que van consumiendo territorio antaño productivo y generador de empleos.
Sí, este tipo de cultivos casi en miniatura son los que pueden salvar la economía de muchos hombres del campo que se vienen quedando sin tierras por el avance de la mancha urbana. Sin embargo, por ahora pareciera una actividad reservada para privilegiados, porque para poder desarrollar un proyecto de esta naturaleza, hay que disponer de capital y tecnología, fundamentalmente, ya que la tierra fértil, el clima y el abundante agua la misma naturaleza nos las ha dado.
En unos cuantos metros cuadrados se puede producir en plantas de ornato, para fines de mercado, lo que un campesino logra en una parcela de varias hectáreas.
Las maravillas que se logran son realmente sorprendentes, pero se necesita talento, apoyo económico y empeño para poder lograr el nivel de competencia que se requiere en ese mundo en miniatura.
Y mire que por lo que pudimos observar en un breve recorrido, nuestros empresarios en el ramo se codean con empresas de países como Holanda, Alemania o España, que como quiera que sea, llevan muchos años adelante en el uso de tecnología y técnicas innovadoras en esta materia.
Son pues sin duda las bondades naturales que ellos no tienen en sus respectivos países, lo que les da la posibilidad a los nuestros de lograr productos de primera calidad mundial.
No hay duda, Morelos es un espacio de privilegios en muchos aspectos, el clima, más que el agua, generan la oportunidad de obtener éxito particularmente en todo lo que tiene que ver con plantas ornamentales, con demanda en cualquier mercado nacional y del extranjero.
Al paso que vamos, es una de las salidas que le quedan al sector productivo para mantenerse en pie, los cultivos extensivos parecen en vías de extinción, las mejores tierras son devoradas por el excesivo crecimiento poblacional que además, está propiciando una destrucción de los recursos naturales más preciados, provocando incluso un cambio climático por la voraz depredación.
TEXCAL, OTRO INTENTO FALLIDO
Y hablando precisamente de la destrucción del entorno natural, parece que se frustró un intento más de desalojo de invasores en el área ecológica del Texcal.
Hasta donde tenemos conocimiento, autoridades de diversas dependencias, estatales y federales buscaron sacar del área a cerca de 300 familias que se han asentado ahí a pesar de que se trata de un entorno decretado como reserva natural.
Hace años que se viene "trabajando" al respecto; durante buena parte de la administración pasada se hablaba de negociaciones, proyectos, inversiones orientadas a reforzar las medidas de seguridad para evitar la avanzada de grupos de invasores pero seguimos en las mismas.
Estamos a menos de un año de que finalice este gobierno y no hay resultados concretos, pareciera que sólo se trata de campañas coyunturales y de supuestos intentos que se quedan en el ridículo.
En ese lugar hay una serie de casas ecológicas controladas por la misma autoridad y hasta con antenas parabólicas que, para algunos, son evidencia de que desde el mismo gobierno se aprovecha de esa confusión para sacar ventajas.
Incluso, existen hipótesis en el sentido de que detrás de un aparente movimiento de rescate hay fuertes intereses de funcionarios y ex funcionarios que mantienen la visión de desarrollar proyectos de carácter ecoturístico que nada tienen que ver con la preservación del área protegida, lo cierto es que no han logrado en los hechos, cumplir compromisos añejamente anunciados.