Cuando iniciamos en esta actividad informativa, hace ya unos años, la rendición de cuentas era motivo de eventos multitudinarios, de festejos que requerían de una considerable inversión con cargo al erario público, desde luego.
Pero el alejamiento progresivo de las autoridades con el pueblo, la crítica cada vez más incisiva de parte de representantes populares locales de partidos diferentes al del mandatario y la muestra de descontento de grupos sociales que aprovechaban el escenario para mostrar sus inconformidades, fue restringiendo esos formatos, hasta llegar a la simple entrega del contenido del informe anual a través de una comisión encabezada por el secretario de Gobierno.
Muchos vivieron aquellas épocas en que este acto obligado por la constitución, era aprovechado para aparentar liderazgo mediante acciones populistas que llevaban a la concentración de miles de personas en un supuesto apoyo al Jefe del Poder Ejecutivo que en la realidad estaba muy lejos de darse.
Luego de dar lectura, en forma resumida al texto con el contenido de la obra gubernamental en el Congreso local, a cuyo evento ingresaban puros invitados especiales, el personaje recorría el trayecto del recinto legislativo a Palacio de Gobierno en medio de una valla humana que se supone, lo vitoreaba.
Pero una vez en el edificio gubernamental la fiesta seguía con todo tipo de bocadillos y bebidas, hasta terminar por la noche con una verbena popular, todo un teatro que era ampliamente publicitado en todos los medios informativos para hacer creer a los gobernados que en verdad se trabajaba con pulcritud, con honestidad y para el pueblo.
Y en los días siguientes, comenzaba el famoso "besamanos", cada secretaría de despacho acudía con todo el personal a presentar sus elogios al Gobernador por haber informado, pero se agregaban grupos empresariales, comerciantes. Es decir, que 15 días después se seguía hablando de lo mismo.
En estos tiempos parecen haber quedado atrás, para reducirse a reuniones mínimas, con los personajes necesarios y el contenido del informe es enviado al recinto legislativo para que los diputados desarrollen los análisis y revisiones de ley. Ya no hay espacio para el lucimiento y adoración a la personalidad y eso lo vemos desde las altas esferas de la política nacional.
PASA, EL NEGOCIO
En otro orden de ideas, es lamentable observar cómo los intereses y negocios particulares suelen situarse por encima de los colectivos, abusando del poder y el dinero de la forma más despreciable.
Nos referimos al caso de la empresa Promotora Ambiental de la Laguna (PASA), que en mal momento le fue asignado un contrato leonino para la limpia y recolección de basura de esta ciudad.
A nadie escapó el hecho de que el convenio se entregó luego de un viciado proceso de licitación y más aún, con el compromiso de un pago mensual que representaba un robo al erario público.
Es claro que la llegada de una nueva administración al ayuntamiento capitalino venía obligada de una revisión al respecto y lo que se encontró fue que PASA cobraba el doble de lo que su trabajo valía, había que ajustar tarifas y costos.
Pero los poderosos empresarios -que seguramente con estos mecanismos se han hecho millonarios- no lo aceptaron y siguen hasta la fecha difamando a quienes lo único que hicieron fue terminar con los excesos y el derroche basado en el presupuesto municipal.
Porque es muy claro, a esos magnates lo que menos les importa es que la ciudad esté limpia, siguen golpeando aquellos que afectaron sus intereses muy particulares, son vividores de nuestros impuestos, a costa nuestra han generado fortuna y no van a desistir, buscando disfrazar sus intenciones con campañas informativas mediáticas que rayan en la grosería e indecencia.
Pero que se podía esperar de gente sin calidad moral, que basan su "modus vivendi" en componendas con autoridades que se prestan a todo, quizás porque también llevan en esos contratos algún porcentaje para su beneficio, de otra manera no se podría entender como una autoridad puede llegar a comprometer a tal grado a sus ciudadanos.